Por Andrés Timoteo / columnista
LOS COYOTES
No fue una decisión fortuita ni descuidada de los funcionarios encargados de las finanzas estatales que en las reuniones que han sostenido con representantes de la iniciativa privada en Veracruz se haya excluido a los integrantes de la hechiza organización “Empresarios SOS” que conforman algunos vivillos que hicieron negocios fabulosos con Duarte de Ochoa.
El último encuentro fue el 14 de marzo en Casa Veracruz, y lo presidieron el gobernador García y el titular de la Secretaría de Finanzas, José Luis Lima Franco, quienes trataron con los presidentes de las diversas cámaras empresariales los adeudos pendientes por proveeduría y anticiparon una agenda de pagos escalonados, según se informó más tarde pues la reunión fue a puerta cerrada.
A la misma no se convocó a los representantes de “Empresarios SOS” los cuales, en semanas previas, pagaron gacetillas en espacios opinativos para presionar al gobernante vaticinando -nótese lo aventurados- que Veracruz entraría en parálisis económica y declive social pues ellos se tendrían que declarar quiebra y entonces campearía el desempleo, el caos y el rechinar de dientes.
Es pocas palabras, que a Cuitláhuac García se le caerá a pedazos el estado si no cubre la “deuda” por los negocios que hicieron con la administración duartista. Y ni con tal advertencia tan alarmista fueron llamados a tratar el tema. Ni Jesús Castañeda Nevares ni Alejandro Cossío Hernández, los cabecillas de ese cobro fueron tomados en consideración, aun cuando ambos presumen padrinos influyentes en el cuitlahuismo, Alberto Silva Ramos y Alejandro Vázquez Cuevas, respectivamente.
¿Por qué será? Porque finalmente el secretario de Finanzas, Lima Franco no es un hombre al que puedan sorprender y sabe que estos señores tratan de hacerse de un pago que no devengaron. Los supuestos bienes y servicios que proveyeron al Gobierno estatal son inexistentes, la deuda es de papel y en algunos casos, como el del expanista Cossío Hernández, ni siquiera propia ya que fungieron como meros “coyotes” -intermediarios- con otras firmas empresariales.
Lo que reclaman choca con la pared contable y jurídica. De ahí que pese solo involucrándose en el chanchullo y desviando el erario se podrá destinar dinero al pago de esas supuestas deudas porque se carece de pruebas auditables de que en verdad fueron proveedores serios de la administración estatal.
Vaya, hasta el duartista Ernesto Pérez Astorga, secretario de Desarrollo Económico, tuvo que recurrir a los malabares verbales para justificar que no hayan sido llamados a las reuniones y que no serán los primeros en liberarles los pagos. Aseguró que las primeras ministraciones serán para las “empresas y proveedores que ya demostraron legalmente que nunca se les pagó” mientras que continua el análisis y las investigaciones de otros que, aseguran, fueron proveedores.
La traducción es que no hay sustento documental que avale los que estos señores de “Empresarios SOS” quieren cobrar. Por si fuera poco, también estos acreedores hechizos intentan pasarse de listos con las cifras del supuesto adeudo pues en junio pasado aseguraban que eran 300 millones de pesos y la semana pasada afirmaron que son 465 millones. No cabe duda de que esos presuntos empresarios quieren seguir medrando del dinero de los veracruzanos.
DISPUTA HISTÓRICA
Ahora que está en boga por todos lados la conmemoración de los 500 años del ingreso de los españoles al continente americano y que, a nivel estatal, preparan el festejo de la fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz, a la cual pregonan como la primera municipalidad en tierra continental, ya un tercer País entró a la disputa de tener en su territorio los primeros ayuntamientos de América.
Hay que recordar que en Panamá reclaman ser los pioneros en la fundación de municipios continentales pues en 1508 se estableció el Darién, llamado en su momento Reino de Tierra Firme o Nueva Andalucía, y en 1510 se asentó un segundo denominado Nombre de Dios. Ambos una década antes de 1519 cuando fue fundado Veracruz.
De acuerdo con el prestigiado historiador Jorge Orlando Melo en 1510 se fundaron en Colombia – llamada Nueva Granada en aquella época- los ayuntamientos de San Sebastián de Urabá y Santa María de la Antigua que, si bien fueron temporales, funcionaron como cabildos con autoridad para aplicar los documentos reales y desde ellos se coordinó la conquista de Panamá y Perú.
Más tarde, en 1525, se funda un tercero, Santa Marta, que hasta la fecha sigue como municipio constitucional. En su libro “Historia de Colombia”, Orlando afirma que con esos tres asentamientos “se inicia el habitar permanente de los españoles en el continente” -no en Panamá ni en México-. Lo cierto es que los historiadores no se ponen de acuerdo sobre el lugar que se llevó la primicia.