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LOS CLAVOS DEL ATAÚD

Superiberia

La suma de todos los miedos de los fidelistas —como ya se había dicho— comenzó a materializarse la madrugada de ayer martes cuando los integrantes del  Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) aprobaron la formación de una

 alianza con el Partido Acción Nacional (PAN) para los comicios del mes de junio que renovarán la gubernatura y las 50 diputaciones en el Congreso local. Así, no sólo se resistió a las intentonas del Gobierno estatal para reventar dicha coalición, sino que posiblemente se alistaron los clavos del ataúd para el priismo gobernante en la entidad.

 

 Aun con el ofrecimiento de cantidades millonarias, de concesiones en el transporte público, de participación en negocios al amparo del poder, la entrega de notarías públicas, ranchos, mansiones, vehículos y hasta la oferta de ser parte del “próximo gabinete” del Gobierno estatal si el tricolor sale triunfante, la votación para el acuerdo aliancista fue contundente: 24 votos a favor y  uno en contra. Y ese voto en contra tiene una lectura particular porque lo emitió la ex diputada local veracruzana Margarita Guillaumín Romero, de la corriente Frente de Izquierda Progresista.

 

 Pero la corriente no es lo importante, sino sus nexos con el Gobierno estatal ya que Guillaumín fue señalada de haber sido cooptada económicamente durante el sexenio de la fidelidad cuando  fungió como diputada estatal y presidenta de la Comisión legislativa de Derechos Humanos para aprobar todas las iniciativas del impresentable ex gobernante y guardar silencio en temas delicados de violación de garantías individuales de la población. Sospechoso también es que haya votado en contra siendo muy cercana de Rogelio Franco, el dirigente estatal y del  también ex legislador local, Manuel Bernal Rivera, otro fidelista de antaño pero que ahora aplaude la coalición con el panismo.

 

 Los burlones dicen que el voto en contra de Margarita Guillaumín fue para no tener que devolver el dinero que les habían entregado desde la Secretaría de Finanzas, bueno dicen que un tal Villegas es el ‘soltador’ de recursos contra la alianza. Imagínense. En fin, esa votación casi unánime al interior del CEN también fue posible porque el dirigente nacional perredista, Agustín Basave presentó su renuncia al cargo como medida para atajar a los consejeros que pugnaban por no aprobar las alianzas electorales en varios estados pero principalmente en Veracruz que es, como mucho lo han expresado, la “joya de la corona” por el número de electores que representa.

 

 No es algo menor que el presidente de un partido ponga en prenda su encomienda y que particularmente haya señalado al gobierno de intentar boicotear la coalición, pues eso sirve para medir el grado de injerencia —vía sobornos monetarios, no políticos porque de esos no tienen influencia los fidelistas— para tratar de evitar que el PRD se uniera al PAN en los comicios del mes de junio. De allí que la madrugada del martes también se oyó el rechinar de dientes y el fluir de adrenalina en los integrantes de la fidelidad.

 

 Ante tal noticia, seguramente está colapsado y a base de “estimulantes” químicos —como acostumbra—, el innombrable en el consulado espurio de Barcelona mientras en Xalapa sin duda se agotaron los medicamentos anti-diarreicos entre los integrantes de su clan. Vaya, ni los rezos a la Santísima Muerte en Tepito le funcionaron para impedir esa alianza que pone a su enemigo público, el diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares, virtual candidato de esa unión de fuerzas políticas, en la antesala de Palacio de Gobierno. Ese es el eje de sus pavores pues  ha prometido llevarlos a prisión.

 

 Es, claro, noticia histórica la construcción de dicha coalición además de ser  la segunda ocasión en que el PRD está tan cerca de un triunfo en la gubernatura. La primera fue hace 18 años, en las elecciones de 1998, cuando se pretendía postular al ex priista Ignacio Morales Lechuga que encabezaba las encuestas para derrotar al candidato del tricolor, Miguel Alemán Velasco pero el entonces líder moral del Sol Azteca, Cuauhtémoc Cárdenas lo vetó y así se perdió aquella primera oportunidad histórica de poner fin a la zaga de gobiernos priistas en Veracruz.

 

 Hoy, al parecer, la historia se está contando de manera distinta y la confirmación del acuerdo aliancista entre panistas y perredistas ya tiene repercusión inmediata en el PRI, aun antes de los comicios formales. Para empezar se cancela la posibilidad de postular al dirigente estatal y diputado federal por Tuxpan, Alberto Silva Ramos de quien se había dicho sería impuesto por el gobernante en turno en el caso de que no existiera esa coalición opositora. Se le cae su sueño de opio de  ser candidato a la gubernatura.

 

 De acuerdo a las fuentes internas del priismo, el Frente Amplio Opositor como se le llama a la alianza del blanquiazul con el Sol Azteca también asegurará la postulación en el PRI de Héctor Yunes Landa para hacerle frente a su primo, Miguel Ángel Yunes, aunque el senador se encuentre por abajo del mismo Yunes Linares en las preferencias ciudadanas.  A la par, los priistas están declarando en coro que no le temen a la alianza PAN-PRD pero a la vez anuncian una “gran alianza” de siete partidos y organizaciones políticas con el tricolor.

 

 No es algo inédito, solo llamarán a sus satélites como el PVEM, el PES, el PANAL, los locales Partido Cardenista y AVE, y hasta se podría sumar al otrora izquierdista Partido del Trabajo para formar esa “alianza del miedo”. Hay, pues, desde ayer una convulsión entre los fidelistas —el innombrable y el gobernante en turno principalmente— que no dormirán en adelante y en sus delirios nocturnos seguramente verán a Yunes Linares abriéndoles la reja de una bartolina en el penal de Pacho Viejo.

 

 Caso aparte es la famosa encuesta difundida el lunes pasado por el diario El Universal misma que es digna de Prosperilandia: El PRI es puntero en las preferencias ciudadanas y  el tuxpeño Alberto Silva es el más popular de todos los aspirantes de ese partido. Sueños de opio, ya se dijo.

 

EL MALHABLADO

 

El que debe lavase la boca con jabón de lejía es el ex panista cordobés, Juan Bueno Torio, quien de unos días a la fecha se volvió un lépero y lanza groserías a diestra y siniestra. Su palabra preferida es “pendejo” y acusa que es una “pendejada” la versión de que cobró en euros al Gobierno estatal su salida del blanquiazul y que sus empresas están en quiebra y para recomponerlas se vendió al priismo a cambio de provocar una desbandada en el PAN, lo que no ha logrado hasta el momento.

 

 Furioso, Bueno Torio que era considerado un tipo mesurado y bien portado, ahora habla como carretonero del mercado —con una disculpa a los señores cargadores del mercado que en su mayoría son gente trabajadora y honesta, no como los políticos— y desmiente a su pagador: el impresentable ex gobernante estatal y actual cónsul en Barcelona quien fue el que reveló, en una conversación de restaurante de la Ciudad de México, los tratos económicos para que renunciara al panismo. Vaya que al señor Bueno Torio se le aplica la medida clásica para distinguir a un fidelista disfrazado: si camina como pato, nada como pato y grazna como pato, pues es un pato. ¿No creen?.

 

EL COMPLOT

 

La recaptura del líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera tiene más uso mediático que efectivo para combatir el narcotráfico. Las dos ocasiones anteriores en las que fue encarcelado se comprobó que no sirvieron ni para bajar el trasiego de enervantes ni para menguar su imperio criminal. De ahí que si el famoso Chapo está o no en prisión es cosa que a los mexicanos no les sirve pues dentro o fuera sigue mandando y dirigiendo su organización gracias a la corrupción imperante.

 

 Eso sí, el alboroto publicitario generado cayó ideal para la desprestigiada administración del mexiquense Enrique Peña Nieto, acosado en los últimos días por la prensa internacional debido a los pobres resultados y los escándalos de corrupción. En el México surrealista, la población ya no cree en las versiones oficiales y de ahí que rondan en el imaginario colectivo las teorías del complot. Algunas afirman que El Chapo nunca se escapó y otras que el que se fugó fue  un “doble” como el que ahora recapturaron.

 

 También se dice que todo es  un teatro armado en acuerdo con el mismo  narcotraficante para entregarse y con ello distraer la atención sobre la crisis económica vigente –que incluye la devaluación del peso— y otros asuntos importantes. Vaya, hay hasta quienes saturan las redes sociales asegurando que Guzmán Loera no existe sino que es un mito genial fabricado por el mismo gobierno.  Lo cierto es que apegados a lo más cuerdo, la recaptura del capo criminal no es ningún acierto del Gobierno federal, no se trató de un logro, sino en todo caso de la recomposición de un error que fue dejarlo escapar.

 

 Ahora lo ideal sería que Guzmán Loera diga quién lo dejó escapar del penal de alta seguridad de Almoloya, quienes recibieron sobornos para permitirlo y quién lo protege de las esferas gubernamentales. Claro que no lo hará y de ahí que es útil la teoría del complot para lanzar otro distractor que ayude a evadir ese punto, es más, ya lo hay y es el debate sobre extraditarlo o no hacia los Estados Unidos, mismo que ocupará los espacios mediáticos durante varios meses sin tocar el punto medular sobre la escalera de corrupción que le permitió huir dos veces de una cárcel de “alta seguridad” —entrecomillado—.

 

 En tanto, es ociosa la discusión sobre  una responsabilidad delictiva de la actriz Kate del Castillo y el cineasta y actor hollywoodense, Sean Pen, quienes se entrevistaron con Guzmán Loera. Es cierto que ambos cayeron en el encanto de la serpiente y contribuyen a la apología del crimen pero eso alimenta a la industria cinematográfica y ellos viven de la misma. Lo que sí deberían hacer es, como lo citó el columnista capitalino Enrique Galván Ochoa, es que Kate del Castillo sea nombrada titular de  la Procuraduría General de la República (PGR) pues ella encontró más pronto a El Chapo que todo el aparato investigador del Gobierno federal. ¿O no es así?.

 

 De colofón, la teoría del complot tiene un punto de sustento con  la pregunta que todo el país se hace: ¿Si encontraron a El Chapo por qué no pueden hallar a los 43 normalistas de Ayotzinapa que llevan un año y cuatro meses desaparecidos? Esa simple cuestión sirve para conocer las prioridades de la frívola administración de Peña Nieto. Ahí si hay un verdadero complot para atajar la justicia, nadie lo dude.

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