AGENCIA
EEUU.- Mientras el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, intensifica sus amenazas de una guerra comercial y deportaciones masivas, ciudades gobernadas por el Partido Demócrata, como Los Ángeles y Denver, han declarado que no cooperarán en la persecución de migrantes.
En Los Ángeles, el ayuntamiento aprobó recientemente una medida que prohíbe el uso de recursos municipales, incluidos bienes y personal, para ejecutar leyes migratorias. Según el consejo municipal, Los Ángeles alberga a 1.35 millones de inmigrantes, lo que representa el 34 por ciento (%) de su población. Esta decisión surge de una propuesta de los concejales Nithya Raman, Eunisses Hernández y Hugo Soto-Martínez, quienes destacaron que la mayoría de los niños en edad escolar de la ciudad tienen al menos un padre inmigrante.
Por su parte, Mike Johnston, alcalde de Denver, Colorado, declaró que instruirá a la policía local para impedir el ingreso de agentes federales con fines de deportación, incluso si ello implica enfrentar consecuencias legales. Johnston afirmó estar dispuesto a ir a la cárcel por defender a la comunidad inmigrante.
Sin embargo, Tom Homan, futuro comisionado de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Trump, visitó Eagle Pass, Texas, y advirtió que habrá deportaciones masivas. “Es un delito ocultar a migrantes o darles refugio para que eviten ser detenidos por las autoridades migratorias. No nos pongan a prueba”, declaró Homan. También señaló que el gobierno se enfocará en personas cuya solicitud de asilo ha sido rechazada, destacando que 9 de cada 10 peticiones terminan en órdenes de deportación.
En una entrevista con Fox News, Homan respondió al alcalde Johnston: “Él está dispuesto a ir a la cárcel, y yo estoy dispuesto a meterlo”.
El conflicto entre las políticas de inmigración del próximo gobierno y las posturas de las ciudades demócratas subraya las tensiones crecientes en torno a la protección de las comunidades migrantes en Estados Unidos.
