Las personas mayores, los abuelos, son realmente una fuente inagotable de amor, ternura, y una riqueza sin igual que transmiten a las nuevas generaciones, lo importante es ayudarles a descubrir este aspecto de su vida, pues en muchas ocasiones al sentirse relegados, inútiles y enfermos, se aíslan de sus seres queridos, y no tanto físicamente, sino con su actitud. Y es aquí donde la familia tiene un papel importantísimo para integrar a los abuelos.
Uno de los errores más comunes con respecto a los adultos mayores, es considerarlos a todos iguales, cuando en realidad, cada persona es única, y su proceso de envejecimiento es muy particular, y ciertamente el deterioro del cuerpo es real; pero también es real su gran capacidad de integrar su vida, que en otras palabras es el logro de la sabiduría, virtud que va más allá del simple saber, que lo trascienden. La sabiduría les permite apreciar la vida con otros ojos, en la perspectiva, del amor, el servicio y la entrega.
Otra situación equivocada es cuando no permitimos a los pequeños convivir con los abuelos, por considerarlos como un estorbo pesado por atender, perdiendo de vista la gran oportunidad que se tiene de enseñanza a nuestros hijos, pues algún día también seremos ancianos y nos tratarán como han visto tratamos a sus abuelos. Y más que esto, quitamos la oportunidad de enriquecernos mutuamente, ya que es la mejor herencia de cultura y tradiciones familiares que se dan de generación en generación.
Lamentablemente la época actual todo lo mira con la lente de la eficacia, el consumo, la practicidad de la vida, a una velocidad vertiginosa, que nos impide disfrutar de las cosas simples y cotidianas de la vida, como de una sobre mesa los fines de semana familiar, que antes era muy común en las familias, donde se intercambiaban experiencias, gustos, el contar chistes, el ver fotografías y escuchar con atención las experiencias de vida de los grandes, es decir de los queridos abuelos.
Estoy convencida de que es necesario reintegrar a los abuelos en la vida familiar, claro, respetando su decisión y sobre todo su condición de vida, pues muchas veces, están con enfermedades agudas que requieren gran atención, que quizá en casa sea difícil recibir, por lo que es necesaria la ayuda de instituciones especializadas como los asilos, pero es importantísimo no abandonarlos, incluso en el caso de padecer de Alzheimer o demencia senil, pues el amor que les podamos prodigar es el mejor bálsamo para ellos, aunque a nuestros ojos, pareciera inútil nuestra presencia, les puedo asegurar que el amor es el vínculo más real y sólido que los sostiene en la realidad.
Considero que la manera más fácil de lograr la integración de los abuelos en familia, es aplicando la ley de platino que dicta, “ama y sirve como ellos quieren amados, con su medida, no con la nuestra” y esto es el principio del verdadero amor y de la reciprocidad.
Aprovechemos este verano, para integrar a los abuelos, darles el lugar que se merecen, y sobre todo llenarlos de amor, servicio y gratitud por todo lo recibido por ellos.
Felices vacaciones y no olviden consultar la página de escuela para padres: www.micumbre.com
Hasta la próxima.
Rebeca Conde
Colaboración El Buen Tono