A un año del gobierno de Enrique Peña Nieto, a continuación un balance personal de lo bueno y lo malo de estos primeros 12 meses.
Lo bueno:
1. A pesar del anuncio hecho ayer por el PRD de abandonar el Pacto por México, este primer año ha estado marcado por la concordia entre (que no dentro de) los principales partidos políticos de México. Algo que pocas veces se ve en la política.
2. Cero tolerancia con la otrora poderosa lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, quien desde el 26 de febrero de este año se encuentra presa en el penal de Tepepan. Una acción de gobierno que simplemente no se entiende por qué no se llevó a cabo en los sexenios del PAN.
Lo malo:
1. Sin duda, el mal desempeño económico es lo peor de este primer año de gobierno. Ajuste tras ajuste a las expectativas de crecimiento nos llevan a un saldo en el cual un crecimiento por arriba de 1% será el mejor de los escenarios.
Este mal desempeño económico se debe, en exclusiva, a acciones internas. Ahora no hay un entorno internacional a quien culpar. Lo más preocupante ha sido sin duda el subejercicio en el gasto público.
Gerardo Esquivel lo ha documentado en su reciente texto de Nexos. Un comparativo en el gasto enero-agosto de 2012 con el mismo periodo pero de 2013 muestra que el gasto de todo el sector público se contrajo 3.9% en términos reales, el gasto del gobierno federal cayó 5.2% y el de todas las secretarías cayó 12.2 por ciento.
Esta reducción en el gasto tiene efectos multiplicadores que explican en gran parte el decrecimiento de la economía.
2. Hemos visto una serie de megaprotestas consecuencia de minirreformas. O de reformas que podrían ser importantes, como la educativa, pero que no se han podido implementar. Todo en el marco de la gran apuesta de este gobierno, la reforma energética, que queda aún pendiente.
3. La inseguridad sigue estando latente con índices como el del secuestro en aumento y con estados como Michoacán en clara espiral decadente. Los grupos de autodefensa son un fenómeno que surge con este gobierno ya en funciones y que amenazan a las autoridades municipales, estatales y federales.
Lo esencial:
1. El gobierno de Peña Nieto ya está obligado a sacar adelante una reforma energética de gran calado. No hacerlo sería el acabose, ya que la apuesta a esta reforma ha sido casi de un todo o nada. Pero la agenda gubernamental no puede terminar ahí. El gran reto para Enrique Peña Nieto y su gobierno es mostrar un compromiso auténtico con la lucha en contra de la corrupción.
Al PRI se le asocia con corrupción. Peña quiso dar señales de transparencia este año, primero publicando las declaraciones patrimoniales de él y sus colaboradores. Declaraciones hechas a medias que resultaron en una decisión negativa, porque algunos ciudadanos nos sentimos timados.
Después sacando adelante la reforma de transparencia, que en papel se ve bien, al obligar a todo aquel sujeto o institución que recibe fondos públicos a hacer transparente el uso de estos recursos.
Ahí hay un primer escalón sobre el cual construir una retórica que sumaría miles de simpatías. La corrupción nos sale demasiado cara a los mexicanos. Es indignante. Abatirla es, sin duda, el gran reto de los próximos años y de este gobierno.
Twitter: @AnaPOrdorica