KATMANDÚ.- La cifra de muertos por el terremoto que afectó a Nepal hace cuatro días superaba los 5 mil el miércoles y las autoridades del país admitían errores en su respuesta inicial, mientras los sobrevivientes aislados en pueblos y ciudades remotas aún aguardaban la ayuda.
En la capital, Katmandú, más de 200 personas protestaron afuera del Parlamento, exigiendo que el Gobierno entregue más autobuses para llegar al interior del país y mejorar la distribución de ayuda.
El Gobierno aún debe evaluar la dimensión de los daños generados por el sismo de magnitud 7.8, ya que aún no alcanza las zonas montañosas más lejanas, pese a los suministros de asistencia y al personal que están arribando al país desde todas partes del mundo.
Muchos nepalíes debieron dormir en tiendas de campaña improvisadas por una cuarta noche tras el peor sismo que golpea al país en más de 80 años.
Según explica Miguel Ángel Rodríguez, delegado de comunicación de emergencias de la Cruz Roja española desplazado a Nepal, la principal complicación es el acceso. De los seis millones de afectados por el seísmo que Cruz Roja calcula en el país, un 75% vive fuera del valle de Katmandú, en zonas remotas, incluida la cordillera del Himalaya.
“Ya de por sí los accesos son complicados, después del terremoto mucho más”, apunta. “En muchos casos tenemos claro que sólo se podrá acceder con sherpa o con helicópteros”.