Orizaba.- El obispo de la diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, resaltó que el centro de la Cuaresma debe ser la caridad, por lo que realizó un llamado a la feligresía para que todos los actos de penitencia, ayuno y privaciones voluntarias los lleven a ayudar al hermano.
Indicó que la abstinencia de carne es en el “sentido de tener control de las pasiones descontroladas de uno mismo, pero también nos ayuda a compartir el amor que recibimos de Dios con los hermanos, de tal manera que de lo que nosotros nos hemos abstenido en la práctica se ponga al servicio de los más necesitados; esas prácticas nos tienen que ayudar a crecer en el amor y descubrirnos como hermanos, pues todos tenemos un valor ante el Señor”.
Recordó que son tiempos de reflexión que tienen que ayudar a fortalecer la relación positiva con los demás, en escuchar, en valorarnos. Los nuevos modos son para tener una imaginación creativa de la caridad, porque el ser humano tiene muchas capacidades creativas, el mexicano se distingue por su creatividad, a todo le componemos, hasta de las desgracias y ahora vean cuántos memes salen para la política, pero sin creativos, aunque algunos rallan en lo irrespetuoso”.
Consideró que esa misma creatividad se debe encauzar para la claridad, es “lo que nos está faltando en esta relación con el Señor, en esta ecuación creativa, los elementos para entender que el otro es un hermano y no un enemigo… Teniendo control de mí, puedo controlar mi egocentrismo”.
Resaltó que la caridad cristiana no tiene que ser en dar lo que sobra o nada más ocasionalmente, es permanencia en ese camino y gusto de contribuir en una sociedad más justa y más fraternos, en donde todos tengan la misma dignidad y acceso al desarrollo en todos los sentidos.
