Córdoba.- Nuevamente la familia Libreros se ve envuelta en un escándalo con la justicia, luego de que Claudio Libreros Romero, hijo del empresario gasolinero Luis Ignacio Libreros Trejo, sustrajera ilegalmente a sus dos hijos, entre ellas una bebé de dos meses, además de saquear por completo la vivienda con la que compartía con su esposa.
De acuerdo a varias denuncias presentadas ante la Subprocuraduría Regional de Justicia por su esposa, Claudio se llevó sin su consentimiento a sus dos hijos, desde hace aproximadamente 72 horas, a demás de robar vehículos, alhajas, muebles y diversos aparatos de la vivienda en la que compartían.
Sin embargo, hasta el momento y a pesar de que está en juego la integridad de los menores, la fiscalía no ha actuado rápidamente para detener a Claudio y regresar con su madre a los menores, lo que vislumbra un posible caso de corrupción dentro de la Procuraduría, pues existe un campadrazgo entre la familia Libreros y Luis Ángel Bravo.
Se logró saber que Claudio, el pasado viernes, con engaños, solicitó a su esposa a los menores para ir a comer con su padre, Luis Ignacio, a la ciudad de Orizaba, logrando así robárselos y esconderlos para que no volvieran a ver a su madre.
Pasadas las 18:30 horas, la madre comenzó a preocuparse pues éste no regresaba, haciéndole una llamada cerca de las 19:04, para saber qué había pasado, recibiendo como respuesta de parte del reconocido cordobés que jamás volvería a ver a sus hijos.
Desde anoche la mujer presentó una denuncia de hechos, sin embargo, tal parece que en la Procuraduría pesa la familia Libreros, pues no han actuado rápidamente para detenerlo un recuperar a los menores.
Por la tarde del sábado, familiares de Claudio, entre ellos su tía Claudia Libreros Trejo y su pareja de esta, Vicente Mardoniz, arremetieron agolpes contra la mujer, cuando esta pretendía subirse a su camioneta en San Nicolás. El principal agresor fue Vicente Mardoniz quien la golpeó a puñetazos en la cara, provocando un traumatismo de cráneo y diversas lesiones en el cuerpo, y a pesar de que la Policía llegó, tampoco fue detenido.
El buen tono