Agencias
Tijuana.- Juvenal Jiménez Loza, alias “El Padrino,” líder de una de las redes más lucrativas de trata de personas en México, ha sido liberado, lo que ha desatado denuncias sobre la corrupción dentro del sistema judicial. Según la Fiscalía General de la República (FGR), Jiménez Loza generó ganancias de hasta 100 millones de pesos mensuales a través de la prostitución forzada de mujeres, muchas de ellas engañadas o secuestradas. Su organización operaba principalmente en el Bar Adelitas de Tijuana, un centro conocido por la explotación sexual en la frontera con Estados Unidos.
Las acusaciones contra Jiménez Loza y su red de cómplices han puesto de manifiesto un sistema de complicidad que involucra a altos funcionarios en Baja California, Sonora y Aguascalientes. El juez de control en Sonora, Enrique Hernández Miranda, ha sido criticado por sus decisiones que han permitido a Jiménez Loza evitar prisión preventiva, basándose en informes médicos cuestionables y no verificados. Imágenes recientes del líder de la trata, donde aparece saludable y en público, contradicen las justificaciones del juez, lo que ha generado aún más indignación entre los defensores de derechos humanos.
Mientras “El Padrino” permanece en libertad, las víctimas de su red de trata continúan sufriendo en la oscuridad, temerosas de declarar en su contra debido a amenazas de muerte. La impunidad y la corrupción dentro del sistema judicial mexicano han permitido que este tipo de explotación persista, poniendo de relieve la necesidad urgente de reformas para proteger a las víctimas de la trata y garantizar que los responsables enfrenten justicia.
