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Internacional.- El Gran Premio de Abu Dhabi 2024 marcó el final de una era en la Fórmula 1, con Lewis Hamilton diciendo adiós a Mercedes tras una histórica carrera en el circuito de Yas Marina. Partiendo desde el puesto 16, el piloto británico logró una espectacular remontada para terminar en el cuarto lugar, un desempeño que dejó a los fanáticos asombrados.
“Este es el fin de una era. Ha sido un trabajo épico”, declaró Hamilton visiblemente conmovido al cruzar la línea de meta. Durante su discurso de despedida, agradeció al equipo por el apoyo incondicional a lo largo de 12 años en los que juntos acumularon 84 victorias y seis campeonatos mundiales, consolidando una de las asociaciones más prolíficas en la historia del automovilismo.
La escudería alemana, encabezada por Toto Wolff, expresó su gratitud y buenos deseos: “Gracias, Lewis, ha sido un viaje increíble. Estamos muy agradecidos de haber sido parte de este capítulo de tu vida y te deseamos lo mejor para el próximo.”
El cierre de esta alianza no solo marca el final de una etapa dorada para Mercedes, sino también el inicio de un nuevo desafío para Hamilton, quien busca repetir la hazaña de Michael Schumacher al unirse a Ferrari. El equipo italiano, que no ha ganado un campeonato de pilotos desde 2007, representa una oportunidad única para que Hamilton intente superar el récord de siete títulos mundiales que comparte con Schumacher y alcanzar la cima de la clasificación histórica con ocho campeonatos.
La primera carrera de Hamilton con Ferrari está programada para 2025, aunque las especulaciones sobre una posible prueba anticipada con el equipo en Yas Marina fueron desmentidas debido a su contrato vigente con Mercedes hasta finales de este año.
Mientras tanto, Mercedes ya ha asegurado su futuro con la incorporación del joven talento italiano Andrea Kimi Antonelli, quien ocupará el asiento que deja vacante Hamilton y se unirá a George Russell para la temporada 2025.
El adiós de Hamilton a Mercedes estuvo cargado de simbolismo. Tras realizar un espectáculo de trompos y saludar a los fanáticos, se arrodilló junto a su monoplaza y le dio unas palmadas, un gesto que refleja la conexión única que tuvo con el equipo y su máquina. La ovación del público resonó en todo el circuito, cerrando así uno de los capítulos más memorables en la historia de la Fórmula 1.