Orizaba.– Devoción y tradición se conjugan entre los albañiles para celebrar el Día de la Santa Cruz, a pesar de que las condiciones son adversas por la falta de trabajo y la situación difícil que prevalece en el sector.
Roberto, de 25 años, proveniente de Ixhuatlancillo, mencionó que en los últimos dos años le ha resultado difícil conseguir trabajo porque la gente no tiene dinero para darle mantenimiento a sus casas, logrando sobrevivir con empleos menores y que no son arriba de los mil pesos como es un piso, una pequeña resanada a una pared e incluso como pintor.
Ante ello, señaló que ahora la celebración será para pedirle a Jesús que la situación mejore y con ello sostenga su hogar, pues tiene tres hijos que acuden a la primaria.
En su caso, dijo que se juntará con compañeros que tienen obras grandes para no dejar “pasar” la celebración. El Día de la Santa Cruz es una fiesta muy antigua, que conmemora a la Cruz en la que Cristo realizó su mayor sacrificio; además, recuerda su triunfo sobre la muerte a través de su resurrección.
La misma tiene un segundo significado, relacionado con la cultura indígena que surgió después de la conquista, relacionándola con las direcciones cardinales de la cosmografía indígena: Norte, Sur, Este, Oeste y Centro, que gráficamente formaban la cruz. En todas las obras de construcción: casas, iglesias, conventos y demás edificaciones, se cambia la cuchara, el cemento, la arena, andamios, varillas, alambre, vigas, bultos de cemento, entre otras materias primas, por una cerveza o pulque, por cohetes, música norteña o cualquiera que sea del gusto de los trabajadores que celebran jubilosos su día.
