Casi pensé en comprarme unos cotonetes de emergencia para poder escuchar mejor con los oídos, pues no daba crédito a aquello que acababa de decirme aquel sujeto del estacionamiento de Plaza Universidad, quien sin pestañear, sin sudar y exhibiendo una sonrisa, me ofreció lavarme el automóvil por la módica suma de… ¡700 pesos!
“El precio le incluye líquido especial para que las gotas se resbalen de sus vidrios, joven, además le vamos a dejar sus llantas bien brillantes con almorol, pero lo mejor es esto… (dijo sacando una especie de plastilina parecida a la boligoma con la que yo jugaba en la niñez) le vamos a dejar la carrocería como teflón, y se lo vamos a tener en menos de 30 minutos”.
Mientras caminaba hacia el acceso a la plaza saqué una rápida cuenta mental, si aquel sujeto podía ganarse 700 pesos en media hora y conseguía al menos una docena de trabajos al día con algún incauto apantallado por su verborrea, estaría cercano a los 10 mil pesos diarios, unos 300 mil al mes… ¿para que les decimos a nuestros hijos que estudien para ingenieros o doctores, si la verdadera prosperidad está en la nueva estafa que han instaurado en sus estacionamientos los centros comerciales y las tiendas de auto servicio?
Pero lamentablemente las ganancias no son tan exageradas, pues con esa insistencia casi agresiva que inicia al momento que uno se estaciona en uno de estos establecimientos, los supuestos lava coches acreditados han ido mermando su propio mercado, y cada vez son más los lectores que nos comparten sus malas experiencias con ellos.
La lectora María Hernández nos comenta que llegó hace unas semanas a realizar sus compras al Wal Mart del metro Zapata, y que de inmediato un grupo de lava coches vestidos de azul la rodearon en el vehículo y comenzaron a ofrecerle sus servicios, primero de manera normal, luego mas agresivos, incluso cercándole el paso, para después dar paso a los albures y las risotadas.
“Ante mis negativas por aceptar un servicio de lavado y encerado de 500 pesos, casi el costo de mi despensa, el tono de estos fulanos fue subiendo, hasta que escuché a uno que dijo, delante de mi bebita: ¡Ándale guerita, te va a gustar y no te va a doler! Fue entonces cuando indignada fui con el gerente del Wal Mart, quien muy serio me dijo que iba a poner cartas en el asunto, y cual no sería mi sorpresa cuando me lo encontré minutos después riendo a risotadas con esos sujetos en el estacionamiento”.
El señor Antonio Beltrán, se pregunta porqué la Profeco no ha puesto cartas en el asunto con estos servicios que exceden hasta en 300% el precio normal de cualquier auto lavado.
Lo mas curioso, afirma, es que estos fulanos, se dan el lujo de condicionar los lugares de estacionamiento a cambio de una lavada o encerada. “Colocan conos o incluso sus carritos con ruedas y bloquean los mejores lugares, ¿que no se supone que uno paga por ocupar un sitio en estos lugares? Urge la presencia de las autoridades para regular a estos sujetos”.
En opinión del lector Carlos Cuevas, otra prueba de la estafa que realizan estos lavacoches es la manera tan fácil como varían sus precios.
“Uno de ellos me ofreció un servicio inicial por 750 pesos y me mostraba toda clase de ceras, plastilinas y sustancias que supuestamente iban a dejar mi vehículo como salido de la agencia. Ante mi negativa, el precio bajó en menos de 30 segundos a 550 pesos; 40 segundos mas tarde a 350 y al final revisando una lista enmicada, me dijo que 200, es decir, de inicio me infló el precio en más del 300% ¿cómo puede uno confiar en estos buitres?”
Lo malo, dice el lector Fabián González, quien confiesa que una vez cayó en esta estafa de los lavacoches, es que los supuestos líquidos mágicos brillan por su ausencia a la hora de contratar el servicio.
“Mi esposa se adelantó al Súper y yo me escondí a lo lejos para ver que le hacían a mi coche, descubrí que sólo usaban el famoso spray de lavado en seco que cuesta 39 pesos en cualquier tienda y que si bien abrillanta, también desgasta la pintura… urge la intervención de la Profeco para sancionar a las tiendas que no regulen a estos estafadores”.