Le fallan a Duarte  sus colaboradores

Córdoba.- De mal humor y refunfuñando ante la prensa, el gobernante en turno, Javier Duarte de Ochoa arribó el miércoles pasado a la ciudad de Fortín de las Flores para presidir personalmente la mesa de diálogo con habitantes y autoridades municipales de Soledad Atzompa, quienes bloquearon la autopista Córdoba-Orizaba durante 10 horas, paralizando a miles de transportistas y ocasionando pérdidas millonarias a empresas que necesitan mover mercancía o personas por esa vía.

 

Caso raro, por no decir insólito, que un mandatario estatal se vea obligado a sentarse a negociar directamente con los pobladores. Sin embargo, la presencia de Duarte de Ochoa no fue una concesión a la ciudadanía, ni una muestra de sensibilidad ante las peticiones de la muchedumbre, sino una prueba de que fallaron todos sus funcionarios encargados de la gobernabilidad interna. No anticiparon el evento, ni lo solucionaron en sus primeras horas los de la oficina local de la Dirección de Política Regional. Tampoco lo hizo el nuevo subsecretario de Gobierno, Genaro Mejía de la Merced, al que promocionaron como eficaz operador; y claro, también falló el mismo responsable de la Secretaría General de Gobierno, Gerardo Buganza. A los tres los rebasó la situación y a Duarte de Ochoa no le quedó otra opción que apersonarse para resolver –temporalmente- el conflicto con la firma de minutas, que no es otra cosa que promesas renovadas.

 

Los que pagaron las consecuencias fueron miles de personas afectadas por el bloqueo en dicha autopista, por la ineficiente operación política y sobre todo el incumplimiento de obras programadas que huelen a corrupción.  Entonces, tiene  razón Duarte de Ochoa de estar molesto, pero su ira no debe enfocarla a la prensa y ni siquiera a los manifestantes que realizaron el bloqueo vial, sino a sus funcionarios ineficientes, a los delegados de dependencias federales, entre ellas el Centro SCT, que no hacen nada para concluir proyectos de obra pública que fueron prometidos a la población. 

 

Si no los mete en cintura y obliga a que la operación política sea efectiva, entonces tendrá que andar por todo el estado encabezando mesas de diálogo y firmando más compromisos porque los habitantes de Soledad Atzompa ya pusieron el ejemplo de cómo lograr sentar al Gobernador  y obligarlo a escucharlos.