Los artistas parecen diferentes de otras personas. Como si tuvieran dones especiales de los que el resto de los mortales carecen. Hoy en día sabemos que la creatividad se origina en el cerebro y que tiene una base biológica.
“También sabemos que, si bien ciertas formas de creatividad surgen junto a los trastornos mentales, la capacidad creadora no depende de ninguna enfermedad. Además, el talento creativo es universal. Cada uno de nosotros lo expresa de distintas formas y en diversos grados”, subraya el Premio Nobel de Fisiología/Medicina en el año 2000, Eric R.Kandel en ‘La nueva biología de la mente’ (Paidós).
En este sentido, el también profesor de Psiquiatría de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), así como investigador en el Howard Hughes Medical Institute, indica que los poetas románticos del siglo XIX argumentaban que la creatividad provenía de las enfermedades mentales, las cuales disminuyen las restricciones que nos imponen la costumbre, las convenciones, y el pensamiento racional, permitiendo al artista explorar fuerzas creadoras inconscientes.