Agencias
México.- Las elecciones en México están marcadas por la violencia y los asesinatos contra candidatos y funcionarios políticos, incluso antes de que comience la campaña presidencial. Este año, se espera que más de 20,000 aspirantes participen en la contienda electoral que comienza el 1 de marzo. Los crímenes relacionados con la política son una constante en el país, con al menos una decena de víctimas ya registradas antes del inicio oficial de la campaña, reflejando los desafíos de una democracia que aún enfrenta imperfecciones.
Los ataques contra candidatos y funcionarios públicos suelen estar relacionados con la búsqueda de control político y económico en áreas locales, donde el crimen organizado tiene una presencia significativa. Aunque los candidatos presidenciales cuentan con una fuerte escolta militar, la lucha es más intensa a nivel local, con cientos de ataques que van desde intimidaciones hasta asesinatos. Estos crímenes no solo afectan la integridad del proceso electoral, sino que también generan miedo entre la población y pueden influir en el resultado final de las elecciones.
Expertos señalan que la violencia política en México refleja una lucha de poder entre los partidos políticos y el crimen organizado, que a menudo se entrelazan en busca de beneficios mutuos. Aunque el país ha avanzado en su democratización, con elecciones más competitivas, la persistencia de la violencia política plantea interrogantes sobre la calidad de la democracia y la efectividad de las medidas para garantizar la integridad electoral. En un entorno donde los crímenes electorales no suelen ser castigados adecuadamente, la impunidad perpetúa un ciclo de violencia que socava los cimientos democráticos del país.