En lo que se reportó como un lanzamiento sin precedentes, que en su primer día culminó con una entrevista que la cadena de televisión ABC programó en su horario de más alta audiencia, además de una preventa que llegó a un millón de ejemplares, Hillary Clinton presentó en Estados Unidos sus memorias. Hard Choices (Decisiones difíciles), el compilado de todo lo que vivió la exsecretaria de Estado durante los primeros cuatro años del gobierno de Barack Obama.
Sus memorias o una suerte de diario sobre los momentos que marcaron su paso en la Casa Blanca como funcionaria de Estado. En ellas, dedica un capítulo completo a Latinoamérica, en el que habla sobre nuestro país y la que fue durante ese primer mandato de Obama, la gran crisis diplomática entre ambos países: cuando las filtraciones de WikiLeaks revelaron actos de espionaje por parte del gobierno estadunidense en México.
“Calderón me dijo que ya no quería seguir trabajando con Carlos —Pascual, el entonces embajador de EU en México— e insistió en que fuese reemplazado (…) Cuando acabó —la reunión en la que hablaron del asunto— , le dije a Carlos que no tenía más remedio que traerlo de vuelta a casa, pero le aseguré que le encontraríamos una misión que se ajustase a su habilidad y su experiencia (…) Espinosa —la excanciller mexicana— fue quien me sugirió encontrarme con él —con el entonces presidente, Felipe Calderón— para ofrecerle una explicación y una disculpa…”
Clinton da más detalle de su relación con el expresidente mexicano. Le reconoce, según lo escribe, su pasión, la de un hombre que veía a la educación y a la creación de empleo como las principales herramientas para combatir el problema del crimen organizado que durante su gobierno llegó a dimensiones impensables, históricas.
Sin duda este libro generará la polémica inevitable que llega con la publicación de memorias, de secretos, con la confirmación o negación de rumores o con la aclaración de información en la que se convierten. Pero lo que también es un hecho, es que es un documento muy bien cuidado, pues éste es obviamente el primer paso para la búsqueda de una candidatura anunciada, que incluso ha sido negada por ella misma.
¿Hillary Clinton buscará la Presidencia para 2016? Desde su salida de la Secretaría de Estado en 2012, cuando dijo que apagaría el reflector que la mantenía en la vida pública, se ha encargado ella y el azar de mantenerla siempre arriba. Ya sea con los rumores de la todavía no aceptada intención de ser Presidenta, como integrante de las listas de las personas más influyentes de EU y el mundo, o publicando un libro que la mantendrá un buen tiempo en gira de promoción. Algo que no le viene nada mal como calentamiento para cuando llegue el momento en el Partido Demócrata de elegir a su candidato presidencial, un partido en donde un amplio sector le ha pedido siempre que acepte ser su abanderada. Y es que a pesar de haber negado esta intención, Clinton se ha mantenido muy discreta en sus declaraciones. Dice ahora que será hasta fin de año cuando decida al respecto, como una más de sus muy sutiles respuestas, que seguramente serán menos ambiguas con el paso del tiempo. Y es que de entre sus varias cualidades, su inteligencia le ha servido para lograr una carrera política que no se truncó sólo por haber sido ya la primera dama de su país.
