De la Redacción
El Buen Tono
Xalapa.- En el estado de Veracruz, los accidentes viales se han convertido en una oportunidad para el saqueo de camiones accidentados, y lo más preocupante es que esto ocurre en la cara de la Guardia Nacional.
Mientras en otras naciones con sistemas de seguridad más robustos los cuerpos policiales protegen la carga de los vehículos accidentados, aquí los ladrones actúan con total impunidad, despojando los restos de los siniestros sin temor a represalias. Lo hacen con descaro, mientras las patrullas observan sin intervenir, como si fueran simples espectadores de un saqueo descontrolado.
Un caso reciente en la autopista Córdoba-Veracruz ejemplifica esta cruda realidad: un tráiler accidentado, personas corriendo para llevarse todo lo que pueden y la Guardia Nacional inmóvil, sin actuar. No hay detenciones, no hay protocolos de seguridad, no hay ley. Sólo una escena que evidencia el nivel de impunidad que impera en el país.
Este no es un hecho aislado. Los reportes de complicidad entre las fuerzas de seguridad y los ladrones se acumulan. En algunos casos, los propios elementos encargados de mantener el orden han sido señalados por permitir o incluso beneficiarse de estos robos. Ya no es sólo de negligencia, es corrupción en su máxima expresión.
Este fenómeno no puede reducirse a un simple acto de oportunismo por parte de la población. Es un robo descarado, cometido con la certeza de que no habrá consecuencias. Esto refleja la realidad de un Estado fallido, donde la ley no se aplica y las autoridades se han convertido en cómplices por omisión o interés propio.
Mientras en otros países las fuerzas del orden protegen la propiedad y garantizan el cumplimiento de la ley, en México la Guardia Nacional se ha convertido en un testigo inútil del saqueo. ¿Hasta cuándo seguirá este show de impunidad?
