AGENCIA
Coatzacoalcos, Ver.- Una “ola” de violencia ha sumido en el temor a la colonia Progreso y Paz, ubicada en el municipio de Coatzacoalcos, al sur de Veracruz, donde residentes y migrantes se enfrentan a la amenaza constante de una banda delictiva operando en los bajos del puente de la Avenida Uno.
El área, conocida por ser un punto de descanso para migrantes antes de continuar su viaje hacia el norte y Estados Unidos, se ha convertido en un escenario peligroso debido a la presencia de individuos armados, descritos por los vecinos como “maleantes” que se dedican a robar a migrantes y transeúntes, llegando incluso a ingresar a viviendas.
Isidro Martínez, un vecino, ha denunciado la presencia constante de estos individuos armados con machetes. Describió la situación como alarmante, afirmando que “desde la Avenida Uno hasta la Hidalgo, la gente los ve con machetes, pura gente maleante que se dedica a robar a los indocumentados y a cualquier persona que transite por la zona”.
La gravedad de la situación se ha manifestado en recientes asaltos, donde vecinos auxiliaron a cinco migrantes durante la última semana. Las víctimas fueron no solo despojadas de sus pertenencias, sino que también sufrieron graves lesiones, incluyendo cortes en la espalda y cabeza.
La comunidad resalta la falta de intervención de las autoridades de seguridad, subrayando la impunidad con la que operan estos criminales. Los vecinos exigen medidas de seguridad urgentes para poner fin a esta serie de ataques.
Un residente, que prefirió mantenerse anónimo, afirmó que estos delincuentes se identifican como miembros de la Mara MS13. Relató un incidente reciente donde un individuo fue brutalmente atacado con un machete, siendo auxiliado por personas presentes.
Ante la escalada de violencia, los residentes de la colonia Progreso y Paz aprovecharon una reunión con las autoridades para exponer la problemática, especialmente a elementos de la Marina. Superando el temor, esperan que esta exposición pública sensibilice a las autoridades y resulte en una mayor presencia policial, especialmente durante las noches y la mañana, cuando el riesgo de ataques es más elevado.
