La sangre de los pacientes recuperados por la COVID-19 ha comenzado a convertirse en un negocio de millones de dólares, en Estados Unidos, ante la necesidad de mejorar las pruebas serológicas que detecten la presencia del nuevo coronavirus en la población, señaló el periódico estadounidense The Washington Post.
De acuerdo con un reportaje firmado por Denise Roland, los laboratorios destinados a la creación de pruebas rápidas pagarían hasta mil dólares por un mililitro de sangre de pacientes recuperados de la COVID-19 a los llamados vendedores de sangre.
La urgencia de hallar un tratamiento para una enfermedad que ha causado la muerte de más de 365 mil personas en el mundo y de mejorar las pruebas rápidas para la detección del virus, ha elevado el precio de la sangre de pacientes recuperados y la ha comenzado a convertir en un negocio redituable para unos pocos.