Con el sencillo artículo de la semana pasada, creo que quedó de manifiesto la vigencia de las ideas de Lev Vygotsky. “Las herramientas de la mente” son estrategias que el niño debe adquirir para que se le facilite aprender, poner atención, aprender a pensar, autorregularse y poseer una memoria deliberada, con una gran variedad de ejemplos y ejercicios con los que las doctoras Elena Bodrova y Deborah J. Leong, ilustran las explicaciones. Ratifico que no pongo entrecomillados ni cito páginas, y que más bien son las propias palabras de las autoras las que transcribo. Mi único trabajo es ordenar las ideas para presentarlas en poco espacio.
La teoría vygostkiana del desarrollo es llamada también Teoría histórico-cultural, y constituye una teoría general, útil para examinar el proceso de formas creativas que impulsan el desarrollo de los niños. Estos esfuerzos implican alumnos de preescolar, primaria y secundaria, pero tuvo una creciente popularidad entre los profesores con niños en edad temprana.
Tanto la teoría de Piaget como la de Vygotsky, son reconocidas por su profunda comprensión de los procesos de pensamiento y las funciones mentales superiores. Ambos creían que los niños construyen su propio entendimiento, que no simplemente reproducen en forma pasiva lo que se les presenta.
Vygotsky creía que tanto la manipulación física como la interacción social son necesarias para el desarrollo del niño. Consideraba que el contexto social influye en el aprendizaje más que las actitudes y las creencias. Influye en cómo se piensa y en lo que se piensa, el tipo de lógica y los métodos utilizados para solucionar los problemas. El contexto social forma parte del proceso de desarrollo y, en tanto tal, moldea los procesos cognitivos.
La zona de desarrollo próximo (ZDP), uno de los conceptos más conocidos de Vygotsky, es una manera de concebir la relación entre aprendizaje y desarrollo. Escogió la palabra “zona” porque concebía el desarrollo no como un punto en una escala, sino como un continuum de conductas o de grados de maduración. Describió la zona como “próxima” (cerca de, junto a) porque está limitada por conductas que van a desarrollarse en un futuro cercano.
Wood, Bruner y Ross (1976), proponen que el experto proporcione un andamiaje dentro de la ZDP para capacitar al novato para actuar en un nivel superior. Con el andamiaje la tarea en sí no cambia, pero lo que el alumno hace por primera vez se facilita con asistencia. Gradualmente, la asistencia decrece conforme el alumno asume una mayor responsabilidad en la ejecución de la tarea.
Otra manera de ver el aprendizaje que se da dentro de ZDP, parte de la idea de que los niños que están en el nivel superior pueden ejecutar la tarea, pero no son competentes en ella. «La actuación precede a la capacidad» (Cazden: 1981). Los niños no necesitan tener un conocimiento o una comprensión íntegros de la tarea antes de que se la enseñen. La competencia y la comprensión se adquieren tras ejecutarla varias veces.
Como tácticas para propiciar el desarrollo y la enseñanza-aprendizaje aplicando sus teorías en el salón de clase, las autoras proponen el uso de mediadores, el lenguaje, el juego como actividad conductora. Vygotsky murió antes de que muchas de las ideas que propuso pudieran ser investigadas, y muchas de sus preguntas contestadas. Sus escritos no conforman una teoría coherente y bien organizada. Han sido sus compañeros, discípulos y seguidores, los que han rescatado este gran legado.
Otro gran experto de las teorías vygostkianas es Ricardo Baquero (“Vigotsky y el aprendizaje escolar”, Aique Grupo Editor, Argentina, 1997) quien afirma que «Las resonancias de la obra de Vigotsky en el terreno educativo son vastas y crecientes… la intención es centrarse en el plano psicoeducativo… colaborando en la comprensión y diseño de estrategias o dispositivos de enseñanza en sentido amplio» (p. 173).
Vygotsky es rejuvenecedor y sorprendente porque confirma muchas de las cosas que los maestros realizan en el aula. Ojalá cada día aumente el número de profesores que se atrevan a tomarlo en cuenta en su práctica docente, entre la variedad de elementos de los que pueden disponer.
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