La temporada de calor en México está por comenzar, un fenómeno que altera significativamente el clima y nuestras actividades diarias. Este periodo, que inicia a finales de marzo y se extiende hasta mayo, es caracterizado por un aumento en las temperaturas, que en algunas zonas del país superan los 40°C.
¿Por qué se produce el calor?
El calor intenso de esta temporada es resultado de la inclinación de la Tierra y la disminución de los frentes fríos, factores que contribuyen a que las olas de calor se hagan más frecuentes y prolongadas. El cambio climático ha intensificado este fenómeno, afectando principalmente las regiones del norte y las costas del país.
Durante estos meses, ciudades como Hermosillo, Monterrey y Mérida experimentan algunas de las temperaturas más altas, mientras que en el norte y sureste, el calor puede extenderse hasta julio o incluso agosto. Aunque el calor comienza en marzo, abril y mayo son los meses más intensos antes de la llegada de las lluvias.
Consejos para hacer frente al calor
La Secretaría de Salud recomienda una serie de medidas para mitigar los efectos del calor:
- Mantente hidratado: Beber agua constantemente, evitando el consumo de bebidas alcohólicas o azucaradas.
- Usa ropa ligera: Optar por prendas frescas y de colores claros que permitan la circulación del aire.
- Evita la exposición al sol: Reduce las actividades al aire libre entre las 11:00 a.m. y las 4:00 p.m., las horas de mayor radiación.
- Aplica protector solar: Es crucial proteger la piel de los daños causados por la radiación UV.
Además, es esencial cuidar a los grupos más vulnerables, como niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Incendios forestales: un riesgo a tener en cuenta
Las altas temperaturas y las condiciones de sequedad también aumentan el riesgo de incendios forestales, especialmente en áreas propensas a estos eventos. Es fundamental estar alerta y seguir las recomendaciones de las autoridades para prevenir cualquier tipo de emergencia.
Preparativos ante la temporada de calor
Además de las recomendaciones para proteger nuestra salud, es importante estar preparados para las implicaciones del calor en el consumo de energía y la salud pública. Adoptar medidas preventivas y hábitos responsables, como el uso racional de la energía y la correcta disposición de los residuos, es clave para minimizar los efectos adversos de esta temporada.
Con un cambio climático que nos exige estar más alertas, es fundamental adaptar nuestros hábitos a la nueva realidad climática. Mantente informado, cuídate y disfruta de la temporada con responsabilidad. ¡La temporada de calor está por llegar!
