En su reunión más reciente, la Reserva Federal de Estados Unidos reafirmó su compromiso de mantener las tasas de interés sin cambios, enfatizando que la inflación sigue siendo demasiado alta. La decisión de mantener la tasa de interés referencial en 5.3 por ciento, una cima de dos décadas, se produce después de varios informes que sugieren que la inflación no está disminuyendo como se esperaba.
El comunicado del banco emitido el miércoles destaca que no tienen la intención de reducir las tasas de interés hasta que estén más seguros de que las alzas de precios se están moviendo hacia su meta del dos por ciento. Esta postura representa un cambio significativo en el cronograma anterior del banco, que había proyectado tres reducciones este año.
La persistencia de la inflación y las altas tasas de interés están emergiendo como una posible amenaza para la candidatura a la reelección del Presidente Joe Biden. Los mercados financieros ahora prevén solo una reducción de las tasas este año, en noviembre, según los precios a futuro monitoreados por CME FedWatch.
La Reserva Federal también anunció que desaceleraría el ritmo con el que estaba abandonando una de sus principales políticas utilizadas durante la pandemia: la compra de bonos del Tesoro y bonos hipotecarios. Esta política estaba diseñada para estabilizar los mercados financieros y mantener bajas las tasas de interés a corto plazo.
Con la elección presidencial a seis meses, muchos estadounidenses han expresado su descontento por la situación económica, particularmente por los aumentos de los precios. La Fed espera reducir sus bonos a un ritmo más lento a partir de junio, permitiendo que un total de 60 mil millones de dólares en esos títulos maduren por mes, en comparación con los 95 mil millones de dólares actuales.
