Estimado lector. Si usted tiene algún conocido estudiando preescolar, primaria o secundaria en una escuela pública o privada el siguiente texto le interesará pero, aunque no tenga algún familiar o amigo en esta situación considero importante que esté enterado de lo que pasa en nuestro país en materia de educación.El día de ayer se publicó el calendario oficial de la Secretaría de Educación Pública 2013 – 2014 en el cual se enuncia que el ciclo escolar verá su término el 15 de julio. Si usamos las matemáticas más sencillas nos daremos cuenta que las autoridades educativas han aumentado un fastuoso número de 7 días al periodo con la intención de mejorar la calidad educativa de nuestros niños y adolescentes.
¡Siete días! ¡Imagínese usted lo que en una semana nuestros estudiantes podrán alcanzar! Seguramente esta cantidad agregada a la jornada escolar permitirá que nuestros alumnos de todo México mejoren drásticamente no sólo sus calificaciones sino también su competitividad internacional igualándolos con estudiantes de los mismos niveles pero de países europeos, asiáticos e incluso latinoamericanos.
Después de este pequeño momento sarcástico que le acabo de escribir probablemente usted ya está pensando en que su hijo se volverá un genio gracias a estos siete días o tal vez ya está pensando y agradeciendo a Dios que sus pequeños estarán siete días más en la escuela y no en su casa despertándose como rey en hotel de lujo y sin mover un solo dedo para ayudar en las labores cotidianas… Temo decepcionarlo mi estimado lector, le pido lo tome con calma puesto que estos días son tan sólo una ilusión ya que lo que tal vez no sabe o no notó es que los estudiantes mexicanos no asistirán a clases ocho viernes del ciclo escolar (los últimos viernes de cada mes) debido a que los profesores tomarán estos días para realizar sus sesiones de capacitación.
¿Ven como nuevamente nuestras autoridades nos dan atole con el dedo? Si el objetivo de alargar el periodo escolar es mejorar la calidad educativa ¿no la demerita el que ahora los niños no asistan a clases un día más de los que se están aumentando? ¿Acaso no ve injusto que los docentes deban capacitarse en un horario en el que supuestamente deberían estar atendiendo a sus hijos? ¿Realmente los maestros estarán las ocho horas que dura su jornada escolar tomando un curso para mejorar su forma de dar clases o tomarán dos horas para capacitarse, tres para hablar de asuntos sindicales y el resto para irse a almorzar o para simplemente convivir alegremente entre ellos?
Mejorar la educación no depende de alargar un ciclo escolar siete días; el problema no está en las horas frente a un grupo (hay países en los cuales hay menos días de clases en el calendario y están por encima de México en las pruebas internacionales como PISA) sino en el simple hecho de que aún tenemos maestros que están en sus puestos sin tener una clara vocación de docente, o porque muchos de esos profesores alcanzaron su cargo gracias a que son cuates del director del plantel, a la compra de una plaza o a que la heredaron (aunque digan que eso ya no sucede), o porque no existe un compromiso con la reforma educativa y peor aún con sus alumnos, o porque simplemente en nuestro país domina más un sindicato y un burocratismo inútil en lugar de una necesidad clara de formar mejores estudiantes.
Reconozco que hay muy buenos docentes en las escuelas públicas al igual que malos profesores en las privadas, ninguno de los dos sistemas está exento del acierto ni del fracaso pero, mientas sigamos tomando decisiones sin analizar las posibles consecuencias o sin tomar en cuenta que lo que está en juego es el futuro de nuestro país seguiremos pensando que alargar un ciclo escolar es la solución a nuestros problemas. Demos más días al calendario, no hay problema con esto, pero seamos honestos y quitemos puentes, acortemos vacaciones, eliminemos asuetos innecesarios y reformemos el programa de estudios para que haya más temas o para que los existentes se puedan profundizar o abordar de manera más eficientes. Entreguemos a nuestros niños un verdadero cambio en el aula, un cambio integral que ataque no sólo la forma sino el fondo.
Mientras esto sucede le deseo siete maravillosos días de clase extra aunque también espero disfrute de sus 8 excelentes puentes escolares esperando que sus hijos se despierten temprano para limpiar la casa, tomar sus libretas y repasar los temas perdidos por esas ausencias. ¿O usted qué opina querido lector?