AGENCIA
Londres.- La antigua profecía que vincula a los cuervos con la monarquía británica ha cobrado relevancia nuevamente tras la reciente muerte de uno de estos emblemáticos pájaros en la Torre de Londres. Según la leyenda que data del reinado de Carlos II, si los cuervos abandonan la Torre, la estructura caerá y, con ella, la monarquía británica.
El último cuervo fallecido, llamado Gripp, fue encontrado con la cabeza atrapada en su jaula antes de ser atacado por otros pájaros. Este incidente marca la tercera muerte de un cuervo en los últimos tres años en la histórica fortaleza, lo que algunos consideran un mal presagio. Gripp se une a Erin y Rex, que murieron en 2022 y 2024, respectivamente. Sin embargo, a pesar de estas pérdidas, el número de cuervos en la Torre siempre se mantiene en seis, ya que son rápidamente reemplazados para cumplir con la profecía.
La responsabilidad de cuidar a los cuervos recae en los Yeomen Warders, conocidos como los guardianes de la Torre de Londres. Uno de ellos, Michael “Barney” Chandler, es el actual “maestro de los cuervos”, cargo que asumió en marzo. Chandler, un ex comandante de los Royal Marines, se toma muy en serio su trabajo, pues la leyenda sugiere que el futuro de la monarquía depende de su tarea.
Vestido con su característico uniforme negro y rojo, Chandler lidera un equipo de cuatro personas encargadas de cuidar, alimentar y vigilar a las aves diariamente. Aunque no tenía un interés previo en los cuervos, ha desarrollado un profundo aprecio por ellos, describiéndolos como animales de “extrema inteligencia” y con personalidades únicas.
Los cuervos de la Torre de Londres son más que simples aves; son símbolos vivientes de una tradición que ha perdurado por siglos. A pesar de que se les permite volar durante el día, rara vez se alejan de la Torre, ya que sus cuidadores cortan algunas plumas de las alas para limitar su capacidad de vuelo. Esta medida, junto con el cuidado constante, les permite vivir hasta 20 años en cautiverio, mucho más que los 10 a 15 años que suelen alcanzar en estado salvaje.
La muerte de Gripp ha renovado el interés en la profecía de la Torre de Londres. Aunque algunos pueden interpretarlo como un mal augurio, los guardianes continúan su labor, asegurándose de que siempre haya seis cuervos en la Torre, protegiendo así, según la leyenda, el destino de la monarquía británica.