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LA PIPA SÍ, EL HACHA NO

Superiberia

Por Andrés Timoteo / columnista

A petición de empresarios de la zona Centro, quienes tuvieron más eco que los alcaldes que llevan semanas demandando la atención de las autoridades por la violencia desatada, el gobernador en turno, Cuitláhuac García Jiménez, representantes de la Administración Federal, de las fuerzas armadas y de la Fiscalía General del Estado se reunieron el lunes pasado en Ixtaczoquitlán.

La sede fueron las instalaciones de la empresa Talleres y Aceros SA donde muchos consideran que “se fumó la pipa de la paz” entre el Mandatario en funciones y el fiscal, Jorge Winckler, quienes han protagonizado múltiples desencuentros en los casi siete meses que van del sexenio estatal. Al fiscal lo habían excluido de las reuniones de seguridad, e incluso intentaron destituirlo a través de dos juicios políticos fallidos.

Lo que se sabe es por petición de instancias federales, concretamente de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, el Gobierno Estatal tuvo que readmitir al fiscal Winckler en las reuniones de seguridad. No se sabe si fue sólo en esa encerrona de Ixtaczoquitlán o estará convocado permanentemente a las famosas mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz.

 Por lo pronto, la intervención de la Secretaría de Seguridad Pública Federal para sentar al gobernante y al fiscal veracruzanos demuestra que la situación de violencia en la zona Centro es de realmente preocupante, al grado de buscar hacer a un lado la rencilla política. Desde Córdoba hasta Orizaba y el corredor fabril que conecta con Puebla y la Sierra de Zongolica, hay crisis de inseguridad que ya ha alcanzado récords en cuanto a secuestros, asesinatos y extorsiones.

Lo anterior también les da la razón a los presidentes municipales de la región, aunque paradójicamente la mayoría de ellos fueron excluidos del encuentro. De acuerdo con los reportes periodísticos sólo fueron convocados y admitidos los alcaldes de Orizaba, Fortín de las Flores, Ixtaczoquitlán y Córdoba, aunque la última Edil sólo envió a un representante.

Poco es lo que se ha informado sobre los acuerdos allí tomados -vaya, como si la seguridad pública no fuera de interés general-, pero lo que se resalta es precisamente la coordinación -ahora sí- del Gobierno veracruzano con la Fiscalía General que encabeza el oaxaqueño Winckler Ortiz -de hecho, en los próximos días habrá una nueva reunión del Fiscal con empresarios y alcaldes de la región-.

Algunos medios informativos señalaron que el gobernante en funciones y el titular de la Fiscalía “fumaron la pipa de la paz”, refiriendo la tradición entre los indios norteamericanos para detener hostilidades entre las tribus. El mismo fiscal Winckler confirmó ayer en conferencia de prensa que “se establecieron compromisos” con la administración de García Jiménez en el afán de que “se inicie una nueva relación de respeto y ánimo de coordinación”.

O sea, que se comprometieron a trabajar juntos para enfrentar la delicada situación en la zona Centro. Ahora, la pregunta es: ¿eso se replicará en el resto del Estado o tendrá nuevamente que intervenir la Federación para calmar las escaramuzas? Esto porque si bien en Ixtaczoquitlán se ‘fumó la pipa de la paz’ todavía no entierran el ‘hacha de la guerra’ -nuevamente aludiendo a la tradición bélica de los indios norteamericanos-.

Además, no hay que perder de vista que en el gabinete estatal hay funcionarios dispuestos a romper todo pacto de civilidad y trabajo coordinado, aún cuando el gobernante haya cedido a establecer una coordinación diplomática con el que hasta ahora es una especie de enemigo público número uno.

Tampoco hay que olvidar que perdura una denuncia en su contra ante la Fiscalía General de la República (FGR) basada en una recomendación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), pese a que los documentos de esa institución no son vinculantes ni tienen peso jurídico, todo en el afán de defenestrarlo de la institución. Es decir, forzadamente las hostilidades disminuirían, pero no están eliminadas.

El recuento de la reunión en Ixtaczoquitlán es que ya está hablada la distención en ese pleito político, lo que es, tal vez, el logro más importante. De las otras acciones, que no se conocen en su integridad, se espera que estas se pongan en marcha con prontitud porque la crisis de seguridad en la región Centro es lastimosa.  No hay día en que no haya un plagio ni se asesine a una o varias personas. Es tierra de nadie, pues.

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