brasil.- La oposición que pide la salida del poder de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tiene este domingo uno de sus exámenes más importantes. Movimientos sociales y políticos han convocado manifestaciones en decenas de ciudades para pedir un cambio de Gobierno y protestar contra la corrupción.
La crisis política lleva meses agitando Brasil. La presidenta enfrenta una petición de destitución en la Cámara de Diputados, en un momento en el que sus índices de popularidad rondan el 11 por ciento, la economía no levanta cabeza. Todas las semanas, nuevos escándalos de corrupción salpican a empresarios y políticos de todos los colores. Hasta el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, mentor político de Rousseff, ha sido acusado de beneficiarse de la corrupción de la petrolera estatal Petrobras, investigada en la operación Lava Jato. Y, en un gesto inédito, la Fiscalía de Sao Paulo lo ha denunciado por lavado de dinero, en un caso judicial paralelo, y ha pedido su prisión preventiva.
Estas últimas acusaciones de corrupción en el entorno del Partido de los Trabajadores (PT) han inflamado aún más los ánimos de la oposición brasileña que convoca la protesta de este domingo. Tanto, que el Gobierno teme que se produzcan enfrentamientos entre grupos a favor y en contra de Rousseff, por lo que ha pedido “tolerancia” y “unión” a los ciudadanos.
En marzo del año pasado, una gran manifestación también gritó “Fuera Dilma”. La movilización de Sao Paulo fue la más multitudinaria de la democracia brasileña: reunió a un millón de personas, según la policía.
