Un nuevo estudio ha revolucionado nuestra comprensión del origen de la Luna, sugiriendo que esta podría haber sido capturada en un encuentro entre una joven Tierra y un binario formado por la Luna y otro objeto rocoso, en lugar de haberse formado por una colisión masiva. Esta teoría desafía la creencia predominante durante más de 40 años que sostenía que la Luna era el resultado de escombros generados por un impacto cataclísmico.
Los astronautas del Apolo, en seis misiones entre 1969 y 1972, recogieron más de 360 kilos de roca y suelo lunar. El análisis químico de estas muestras reveló similitudes significativas con las rocas terrestres, lo que llevó a los científicos a concluir que la Luna se formó a partir de escombros tras una colisión. Sin embargo, dos investigadores de Penn State, Darren Williams y Michael Zugger, han propuesto una nueva teoría en su investigación publicada en The Planetary Science Journal.
La hipótesis de la captura por intercambio binario se basa en el hecho de que la gravedad de la Tierra pudo haber separado un sistema binario, atrapando uno de los objetos (la Luna) en su órbita. Williams señala que la luna de la Tierra orbita en un plano diferente al ecuador del planeta, lo que plantea dudas sobre la teoría de la colisión.
Además, se ha observado un fenómeno similar en el sistema solar. Tritón, la mayor luna de Neptuno, también es considerado un objeto capturado que orbita de manera retrógrada, moviéndose en la dirección opuesta a la rotación del planeta. Esta nueva teoría sugiere que la Tierra podría haber capturado un satélite aún más grande que la Luna, pero que la órbita resultante podría no haber sido estable inicialmente.
El estudio también detalla cómo, a lo largo del tiempo, la órbita elíptica de la Luna se volvió más circular debido a las mareas y otros factores gravitacionales. Actualmente, la Luna se aleja de la Tierra a una tasa de 3 centímetros por año, un fenómeno que afecta tanto a la Tierra como al Sol.
“Nadie sabe cómo se formó la Luna”, afirma Williams. “Durante las últimas cuatro décadas, solo teníamos una posibilidad de cómo llegó hasta allí. Ahora, tenemos dos. Esto abre un tesoro de nuevas preguntas y oportunidades para estudios posteriores”.
Con esta nueva perspectiva, la historia de la Luna se vuelve aún más intrigante y nos invita a seguir explorando los misterios de nuestro sistema solar.