Ahora que están de moda las reformas, se nos ocurre que es urgente emprender la mayor de todas: la reforma de la dignidad institucional. Ya que actualmente la gente tiene poco respeto por nuestras instituciones exceptuando quizás a La Marina.
En una no tan lejana época, el Presidente municipal, el cura, el maestro y el policía de la esquina eran las personas más distinguidas y respetadas por la comunidad y el sueño de todo niño. Sólo que un buen día (perdón debí decir el peor de los días) la corrupción ganó terreno y se fue perdiendo ese respeto.
Para empezar debemos recuperar el respeto a la autoridad número uno del país; ¿Cómo es posible que un payaso televisionero, moteje y le falte el respeto al señor Presidente de la República? Él puede no sernos simpático, inclusive podemos no estar de acuerdo con sus ideas, pero Él es el servidor número uno, y es cierto, si hay alguna razón para criticarlo debemos hacerlo, en tanto, no tenemos ningún derecho de denigrarlo sin razón. Mucho menos por un canal que se transmite a todo el país y que muchos mexicanos vemos, y que nos está enseñando a no guardar el respeto debido. Si motejamos a la primera investidura ¿Qué no haremos con todas las demás? Es igual al hijo que no respeta a sus padres ¿Qué clase de familia podrá tener, y qué clase de vida tendrá?
El sistema judicial: Esta institución es quizá la más necesitada de recuperar su dignidad; empezando por las policías municipales. Antes los únicos que se espantaban cuando llegaba la Policía eran los malosos, hoy día los que más nos espantamos somos los ciudadanos comunes. Y qué decir de la Policía judicial, jueces y ministerios públicos, preferimos perder lo robado o lo ofendido antes que acudir con ellos.
El Clero: de un tiempo acá, la iglesia católica estaba perdiendo credibilidad (recuerden cómo florecieron un gran número de nuevas sectas religiosas) pero actualmente está cambiando, presenta una nueva actitud mucho más abierta ante los problemas de los más necesitados y según nuestra humilde opinión, ellos si están trabajando por recuperar la dignidad y el respeto.
El magisterio: Todo lo que diga es por demás, la actitud de la CENTE propició que los comparemos con vándalos que no merecen ningún respeto y todo parece indicar que no cambiarán. Sin embargo, me emocionó la declaración de Juan Díaz de la Torre, líder del SENTE el día 11 de septiembre en que defendió a los miles de maestros la gran mayoría, que se esfuerzan y cumplen cabalmente con su trabajo ¡bien por él y los suyos!
¡Ojalá, todos los que integran estas instituciones se esfuercen y luchen por recuperar su dignidad! Para que podamos nosotros reaprender el respeto a las mismas. Cuando esto suceda seremos mejores ciudadanos y estaremos orgullosos de vivir en un país en el que el grito de ¡VIVA MÉXICO! Surja de un sentimiento verdadero y no el grito hipócrita y patriotero que tanto escuchamos en estos días.