La justicia británica ha emitido un veredicto sorprendente en la batalla judicial entre el rey emérito español Juan Carlos I y su ex amante, Corinna zu Sayn-Wittgenstein-Sayn, quien buscaba una compensación de 126 millones de libras (165 millones de dólares) por acoso. Corinna, también conocida como Corinna Larsen debido a su nombre de soltera, mantuvo una relación con el entonces monarca entre 2004 y 2009.
En su decisión, anunciada por escrito, la jueza Rowena Collins Rice concluyó que “el Alto Tribunal de Inglaterra y Gales no dispone de la competencia jurisdiccional para juzgar” este caso, ya que la demandante no pudo demostrar suficientemente que los hechos en cuestión ocurrieron en Inglaterra.
Corinna Larsen, que rondaba los 60 años, presentó una demanda civil en Londres en 2020, alegando que Juan Carlos I, ahora de 85 años, la acosó desde 2012 en un intento de recuperar “regalos” que incluían 65 millones de euros (73 millones de dólares). A pesar de su persistencia, el tribunal falló a favor del rey emérito.
El rey emérito celebró la decisión, pero Corinna Larsen expresó su decepción a través de un comunicado enviado por sus abogados, dejando abierta la posibilidad de futuras acciones legales.
En sus acusaciones, Larsen denunció “entradas ilegales” en sus domicilios, incidentes como la “perforación de un agujero en la ventana de su dormitorio mientras dormía” en junio de 2017 y disparos a sus cámaras de seguridad en abril de 2020. A pesar de sus reclamaciones, la jueza determinó que no había suficiente base para llevar el caso a juicio.
Ahora, Corinna Larsen tiene la opción de recurrir la decisión ante el Tribunal de Apelaciones. Su caso resalta la lucha que enfrentan las víctimas de acoso en la búsqueda de justicia legal.
Juan Carlos I, quien asumió el cargo de jefe de Estado en 1975 tras la muerte del dictador Francisco Franco, fue una figura respetada por décadas por su papel en el retorno de la democracia a España. Sin embargo, escándalos posteriores, incluida su relación con Corinna, erosionaron su imagen, lo que lo llevó a abdicar en junio de 2014 en favor de su hijo. Revelaciones posteriores sobre supuestas malversaciones lo llevaron al exilio en los Emiratos Árabes Unidos en agosto de 2020.