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La institución más temida

Superiberia

Washington.- IRS por sus siglas en inglés, el Internal Revenue Service es la institución más temida en los Estados Unidos. En el desorden que es mi correspondencia atrasada, mientras busco otra cosa, encuentro una carta del IRS. Recibir una carta del IRS es como recibir un golpe al hígado, tomo la carta, me dirijo a mi sillón, me siento, respiro profundo, la abro. Leo con terror que hubo un error en mis impuestos del año 2014, sigo leyendo ¡El error es a mi favor! El terror se convierte en gusto, abrazo a la hija que está más cerca y le digo que el mismísimo presidente Obama nos va a mandar un dinerito… checo la fecha, ya debí haber recibido el reembolso, tal vez el cheque está perdido entre el desbarajuste de mi escritorio. Respiro profundo y me dedico a buscar.

El volumen de correspondencia que uno recibe por estos lares es abrumador. Ahora que todos los pagos se hacen por internet no tendríamos que recibir correo pero… una vez por semana recibes ofertas de tarjetas de crédito con límites de “hasta 5 mil o más”. “Hasta 5 mil” quiere decir cualquier número menor o igual que 5 mil, “o más” quiere decir cualquier número mayor que 5 mil. Así que “hasta 5 mil o más” es básicamente, cualquier número. Además de las ofertas de tarjetas de crédito (y un día voy a escribir una nota sobre las tarjetas) te mandan miles de cupones, planas completas de cupones. Mis hijas van a decir que soy sexista pero por lo general los hombres no usamos cupones y las mujeres no pueden comprar sin cupones. Es desesperante cuando vas al supermercado y la señora enfrente de ti saca unos 400 cupones que la cajera tiene que escanear. Algunos ya están vencidos y la señora dice “entonces no compro tal cosa” y uno… mirando al cielo.

El buzón de correo se llena, además, de sobres con apariencia oficial en donde encuentras “tu última oportunidad de adquirir un seguro adicional para tu carro”.

Ofertas de seguro de vida, invitaciones a donar dinero para todas las causas cercanas a tu corazón. Como yo soy liberal en extremo, recibo solicitudes de la “American Civil Liberties Union” y de “Americans for the separation of Church and State”, además de Médicos Sin Fronteras y el Partido Demócrata. A todos les he mandado dinero en algún momento pero me pregunto si no se gastan más en enviarme correo de lo que yo les he mandado… vaya usted a saber.

¿Quién tiene tiempo de abrir tanto sobre? Bueno, aparentemente todo el mundo menos yo. Siempre digo que no voy a dejar que se junte y para cuando me doy cuenta… hay unos 500 sobres, que según yo, voy a abrir mañana.

Vuelvo a la historia del IRS. Nunca encontré el cheque. Hay que hablar al IRS, el servicio a clientes del IRS es peor que el de las compañías de teléfonos celulares y eso ya es mucho decir. Como sé que la espera va a ser larga, muy larga, decido seguir trabajando. Si sólo me hicieran escuchar música no habría problema pero alguien decidió bombardearme cada tres o cuatro minutos con un mensaje del IRS. El típico de toda compañía comercial y el que mas se repite es “nuestra página de internet en www.irs.gov puede resolver muchas de sus dudas”. De alguna manera consigo hacer un bloqueo mental de los mensajes y avanzar en mi trabajo. Hago varios cambios a un ‘stored procedure’ que viene siendo una serie de instrucciones en SQL y ya mejor no explico.

Unos 50 minutos después oigo una voz humana, femenina. Me da su nombre y su número que tiene como 20 dígitos. Tiene un acento sureño. Va a ser fácil que me entienda.

Explico que me deben dinero, que me equivoqué en mis cálculos y que les pagué de más. Me pregunta el número de notificación que recibí  “CP12A” pregunta de qué año “2014” me dice que me pagaron en diciembre, yo quiero decir que hay un error que nunca recibí ningún cheque, me dice que lo depositaron en mi cuenta de banco.

Quiero seguir argumentando pero recuerdo que es el IRS con quien estoy hablando y que con compañías comerciales puedo ser gruñón y sarcástico pero no con  el IRS con ellos no cabe más que decir “gracias”. Cuelgo e inicio la sesión de internet con mi banco.

El ser programador de páginas de internet me hace ser muy crítico de los sitios que tengo que visitar, la página del banco no está tan mal, el único problema es que siempre selecciona una cuenta que tengo mancomunada con mis hijas, debería haber forma de seleccionar cual cuenta quiero ver primero siempre. No importa. Encuentro mi estado de cuenta de diciembre… ahí está.

No lo puedo creer! No es una cantidad menor. No entiendo cómo pudo haberme pasado desapercibido. Es suficiente dinero para hacerse notar. Obviamente lo recibí sin darme cuenta y lo gasté sin darme cuenta. ¿Cómo puedo ser tan burro? Siempre veo el saldo, nunca los movimientos.

Mi madre se quejaba de que tengo la cabeza en las nubes… ¡Tenía razón!

Platico el episodio a mi compadre vía Whatsapp, la respuesta no se hace esperar “Tas cabrón”. Hoy no discutí, creo que tiene razón. “Toy cabrón”.

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