Por: TOMÁS GONZÁLEZ JIMÉNEZ / columnista
El 4 de junio del 2017 se van a efectuar los comicios electorales en el Estado de Veracruz, para elegir a los 212 Presidentes municipales, por lo tanto, la insaciable clase política ya se prepara para apoderarse de esas 212 vacantes que estarán disponibles a partir del 1 de enero de 2018.
Además, para una buena cantidad de Síndicos, Regidores, Tesoreros, Contralores, Secretarios y demás comisiones que se derivan en cada uno de los Ayuntamientos esparcidos en todo el territorio veracruzano, pues lo más importante para la clase política es acomodar a sus equipos de trabajo que vienen desarrollando desde el año pasado una labor de proselitismo, que de hecho vienen siendo precampañas para tratar de lograr la votación necesaria para lograr sus triunfos para ellos, mas no para la población como se ha visto en la realidad.
Ya la gente se apresta también a analizar a los individuos que vayan a fungir como candidatos, pues se viene observando que muchos de ellos se han convertido en viles mercaderes de la política, pues han venido pasando de puesto en puesto, ya sea oficiales, de elección popular, o simplemente por “dedazo”, donde pasando el tiempo de sus comisiones sencillamente no hacen nada en favor del pueblo.
Todos esos puestos, en su inmensa mayoría y por regla general, han sido ocupados por gente inepta que nunca ha estado preparada para desarrollar un trabajo de beneficio colectivo, sino simplemente la clase política ha encontrado en ella un modo de vivir, olvidando siempre que son servidores públicos pagados por la población a través de los impuestos que cubre en cada Ayuntamiento.
Cada uno de los que han integrado comunas, llegan a sus puestos sin tener una visión de lo que van a hacer, simplemente van pensando en que cada quincena y durante tres o cuatro años, tendrán un ingreso seguro, pero los resultados están a la vista en los municipios que integran esta Entidad Federativa, encontrándose que son totalmente nulos.
Pero lo más perverso de muchos de la vividora clase política, es que ya han sido funcionarios públicos y nunca han dado buenos resultados; los Presidentes Municipales, Diputados Locales, Diputados Federales, han formado parte de los equipos saqueadores de Gobiernos Estatales, de Gobiernos Federales, eso sí, muchos de ellos de pobres se han convertido en los nuevos ricos en los últimos 18 años, ya sin analizar los Gobiernos anteriores.
A través de las pre campañas y campañas que de hecho ya han venido realizando, se ha observado que no han cambiado los esquemas de propaganda, y sólo piensan que regalar una silla a un discapacitado, cooperar para la realización de un evento cultural o deportivo, regalar, supuestamente, carne, placas de transportes rurales, agarrarse de la fe del pueblo, etc., y pagar a los medios de comunicación impresos y radiofónicos para que los saquen a ocho columnas.
Eso sencillamente es una infamia, es seguir engañando al pueblo, pues llegando a ocupar los puestos de elección popular se olvidan totalmente de las sucias mentiras y promesas, y a seguir viviendo como Reyes a costa de la pobreza de la gente, del hambre, de las enfermedades, de la falta de empleos, de la seguridad, de los malos servicios públicos.
De acuerdo con el Ar
tículo 63 del Código Electoral, que establece que quienes planeen participar en pre campañas y sean servidores públicos deberán solicitar su licencia sin goce de sueldo por lo menos cinco días antes de llevar a cabo su registro como precandidatos, y parece que hasta hoy ninguno lo ha hecho y creo que las precampañas ya se iniciaron desde el año pasado.
La población debe exigir que los que vayan a ser candidatos, deben presentar un plan de trabajo apegado a la realidad, es decir, que digan lo que van a realizar si el voto los favorece, y no aquellos planes vagos y ambiguos donde expresan de manera general lo que supuestamente van a realizar, pues ser candidato manifiesta un compromiso a realizarse, pues se supone que conocen perfectamente lo que falta en cada municipio y lo que es viable a llevarse a efecto en beneficio del pueblo que los elige.