El descapotable rojo viaja a 11 kilómetros por segundo y se espera que llegue a la órbita de Marte en seis meses.
Sin duda, la inclusión del Tesla en esta misión parece una acción publicitaria de primer orden tanto para Elon Musk como para Space X, pero responde también a la necesidad de enviar, en un primer viaje de un cohete, una carga con poco valor, aunque normalmente se opta por maquetas de satélites.