Oaxaca.– Familiares y amigos de Griselda Guzmán Valentín exigieron que las autoridades hagan justicia, ya que el asesino de su pariente sigue profugo de la Ley.
Griselda fue asesinada y enterrada en el baño de una vivienda, ubicada en la colonia El Paraíso, ubicada entre las agencias Acatlima y Rancho Solano, donde vivía con su novio Jesús desde hace un mes y medio, quien no ha sido localizado.
Los consanguíneos relataron que el novio era muy celoso y revisaba de manera frecuente el celular de Griselda.
Uno de los parientes relató que el pasado 30 de abril, una de las amigas de Griselda contó que los tres llegaron a dicha vivienda y empezaron a ingerir bebidas embriagantes; después “Gris” y Jesús discutieron, por lo que ella decidió retirarse, pero se quedó dormida en la casa. Agregó que alrededor de las 13:00 horas del día siguiente, Jesús la despertó, diciéndole que habían discutido y que Griselda se había ido.
Narró que la hija mayor de la occisa, luego de la desaparición, recibió mensajes de su mamá, los cuales le decían que no se preocupara, que estaba bien, que no la buscaran, pero la menor descubrió que no era su madre, ya que ella no escribía así.
Los familiares, al no encontrarla, pusieron la denuncia por su desaparición el pasado 2 de mayo, luego de realizar los trámites e insistir con las autoridades de la Vicefiscalía Regional de Justicia, que quizás estaba encerrada en la casa donde vivía con su pareja.
Tras la liberación de una Orden de Cateo, agentes y familiares empezaron a buscar dentro de la vivienda, pero no hallaron algún indicio que diera con el paradero de la víctima.
La amiga de la finada notó que el baño ya tenía piso de concreto, lo que le pareció sospecho, ya que cuando se quedó con ellos y acudió a hacer sus necesidades fisiológicas, no lo tenía; era de tierra.
Los padres y un hermano de Griselda ingresaron nuevamente a la casa y empezaron a romper el piso del baño. Un fuerte olor a putrefacción salió de la tierra, el cual provenía del cuerpo semienterrado de Griselda Guzmán Valentín.
