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La ecología adolescente

Superiberia

Hoy al despertar, me dispuse a prender el programa de música, enfrenté la batalla campal de cada mañana; quitar a mi madre del televisor. A pesar de mis mil y un intentos, fallé. Tenía dos opciones: quedarme escuchando las aburridas noticias y los más aún tontos cortos comerciales, ó lavar platos. Mi subconsciente sabía que me mandarían a lavar platos así lloviera, tronara, temblara, nos invadieran los zombies, reviviera Hitler, etc. Así que opté por la primera opción. 

Secuestros, robos, asesinatos, drogas, narcotraficantes, y escándalos, es lo único que pasan en los noticieros, por lo tanto no prestaba tanta atención hasta que escuché hablar sobre un deslave en China y algunas tormentas eléctricas. Me dispuse a ver detenidamente antes de que mi mamá cambiara al horóscopo. Lo poco que captaron mis ojos, fue suficiente para darme cuenta de que algo espantoso ocurrió. Me quedé pensando al respecto y me di cuenta que hace 10 años, con lo poco que sabía de la vida, las cosas no eran así, y bueno a mis 16 años tampoco puedo saber mucho al respecto, pero si soy bastante capaz de darme cuenta cómo ha cambiado la naturaleza, pero más, como hemos cambiado nosotros. Yo al igual que mis amigos, conocidos y compañeros de clase dedicamos cada segundo de nuestras vidas dependiendo de la red móvil e internet, ya no nos tomamos el tiempo de salir, platicar, convivir, pasamos más de la mitad del día detrás de una pantalla, escribiendo cosas tontas o platicando chismes, en lugar de hacerlo personalmente, no nos importa si hace calor o frío, tampoco nos preocupamos por regar las plantas, sembrar un árbol, ni siquiera recoger una bola de papel, los enamorados de hoy, ya no se escriben cartas, ahora sólo se inboxean, tampoco se dedican canciones, sólo se mandan indirectas, las mujeres son ahora las que dan el primer paso y los muchachos ya no se toman el tiempo de enamorar, y  ni hablar sobre las guapas, ya no bateamos a los hostigosos, ahora sólo los dejamos en visto (Ah no se crean),   Sin duda estamos MAL, y digo estamos porque yo también he sido parte. Al igual los niños de entre seis y diez años ya no salen a jugar por estar en su Ipad, su celular, o su ordenador, cuando yo tenía su edad, no sé, sólo me comía la plastilina y jugaba a que Barbie se divorciaba de Ken y le quitaba todo. En fin, a lo que voy es que, si no hacemos nada por cambiar aunque sea un poco, nosotros los jóvenes, nadie lo hará, estamos llenos de fuerza y de vida (o por lo menos se supone debemos de estarlo) no podemos esperar a que alguien llegue mágicamente y lo resuelva todo, el mundo está allá afuera esperando a que tomemos conciencia y hagamos algo para ayudarlo, porque si no lo hacemos él nos va a acabar a nosotros. 

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