KAT BROWN
III
Ni modos catrines y catrinas contemporáneas, su obrador ejecutivo sólo operó la política económica conveniente a las ganancias oligarcas, en medio de la crisis: aumento de la deuda externa y en consecuencia de los obligados pagos por su leonino interés interbancario; crecimiento negativo y, peor, para el año venidero; dos millones de muertos y desaparecidos (sumados los imputados a la pandemia del covid-19, más los 200 mil violentos y desaparecidos documentados), precios de la canasta básica sin freno, determinados más por decisiones especulativas del capital financiero, que por causas imputables al clima. Descomposición social desorbitada: mafias del poder, robos, secuestros, inseguridad creciente en calles, avenidas, caminos vecinales, carreteras y autopistas.
Obra pública mal hecha, a destiempo, programada con presupuestos triplicados perlan la cadena de fracasos para la población encantada con migajas becarias y faenas solidarias con tal de abatir nóminas, liquidar trabajadores y puestos.
Pérdidas endilgadas socialmente, resultan ganancias de la poderosa oligarquía financiera: triplemente más rica que hace seis años, lleva adelante su plan de concentración capitalista de todo, incluido el patrimonio familiar, personal e íntimo, aun, en medio de la crisis general del capitalismo mundial.
RAYOS Y
CENTELLAS
DOMINAN EL
FIRMAMENTO
La Presidenta dirá misa democrática científica desde su palaciego púlpito diseñado por su Presidente, cobijada con la corrupción de sus precedentes (aquellos cuyas fotos decoran muros palaciegos, con bardas de sobra para colocar la propia y de los siguientes), sintetizada en el encanto democrático burgués electorero: decretar miserias, militarizando la frontera sur de los EU, evitando revueltas.
Para validar ultrajes basta con la firma de catrines y catrinas, sindicatos, judiciales, diputados, senadores y gobernantes prestos a levantar su mano autorizando contratos e imponiendo mecanismos de control de todo, previstos, diseñados y elaborados, en terrenos imperiales.
No les queda de otra: el gobierno y los demás poderes forman parte del Estado dominante, que, para seguir siendo el preciso necesita renovarse, actualizarse, simplificarse, alcanzando la máxima eficacia: gobiernos baratos de Estados fuertes, cuidando las regiones geopolíticas que les permite su descarnada lucha inter-oligarca. Como todos los sistemas creados y recreados por la sociedad humana usan y desusan humanos para tal fin.
Generalmente son parvadas de políticos aviesos organizados en torno a quien ha tenido el privilegio de ser elegido para signar decretos, bandos, órdenes, contratos y promesas. Sacados de donde sea, también de escuelas brotan funcionarios ocupados en puestos formales e informales. Pocos son cooptados por centros de enseñanza del poder para la función pública; la mayoría son pendencieros. Las estructuras del Imperio no van a tontas y locas, pues la planeación estratégica del Estado Profundo (Deep State) traza para próximos cincuenta años. (CONTINUARÁ)