Agencia
Redacción.- En 1992, los científicos hicieron un descubrimiento sorprendente: Una ballena que parece condenada a una vida de soledad. Desde entonces, han seguido de cerca a esta criatura que vaga sola por el océano, sin familia ni pareja, emitiendo un canto que nadie más puede escuchar.
Lo que la hace única es su voz. Mientras que las ballenas comunes se comunican en un rango de frecuencia de 12 a 25 Hz, esta ballena canta a 52 Hz, un tono tan alto que no es audible para sus congéneres. Su canto, aunque constante, se pierde en el vacío del océano.
A lo largo de más de tres décadas, esta ballena ha continuado emitiendo su llamado en las profundidades del mar, buscando una conexión que nunca llega. Su historia ha conmovido a quienes la conocen, convirtiéndola en un símbolo de resiliencia en medio de la soledad. A pesar de que su voz no es escuchada, la ballena sigue llamando, un testimonio viviente de la perseverancia en su aislamiento.