Alejandro Solís
Columnista
La respuesta a la sesuda pregunta ha desvelado a más del 1% de la humanidad, dudando entre las siguientes opciones: a) Todo depende de la Divina Providencia. b) Primero brota el huevo que sería de gallina. c) Quien no era gallina, empolla en/a Sorullo.
El pensamiento idealista conservador cae en la opción “a”, gritando ¡milagro, milagro, milagro!, al presentársele de repente la aparecida. La opción “b” es propia de los pragmáticos, autodenominados liberales humanistas y/o tecnócratas. Anteponiéndose a las bondades del Señor, sin desconocerlo, en su nombre hacen implacables negocios, basados en rigurosas estadísticas; sin arrepentimientos, pero con muchos golpes de pecho.
La tercera corriente del pensamiento, “c”, sostiene que, todo, son procesos dinámicos complejos humanos, de praxis (experiencia, práctica y/o teorías) inconmensurable; o sea: que no es posible reconocerle un principio, ni un fin.
Las tres opciones coinciden en que todo nace, crece, se reproduce, muere y se recicla (renace) en determinadas circunstancias, pálidamente parecidas a las anteriores.
#SeisTransformacionesUnDilemaEpistémico. Jurando los pragmáticos tecnócratas que todo es posible por gracia divina, modifican lo que sea con tal de “ganar, ganar”, mejor si lo certifica el ISO.
Empapados de lógica matemática aceptan que la transformación de un ovíparo parecido a la gallina pudo haber dado vida a un huevo distinto, del cual salió la gallina contemporánea. Sin debilidades dogmáticas, sostienen, que, con el favor de Dios, todo se lo debemos a la iniciativa privada capaz de modificar lo que sea, siempre y cuando sea negocio.
La praxis considera al todo en constante evolución influenciado por el desarrollo de las fuerzas productivas, el modo de producción, las relaciones de propiedad y sociales establecidas por la lucha de clases. Para estos, algún animal parecido a lo que ahora conocemos como “gallina” pone huevos, al cabo de un milenario proceso incluyente de causas y casualidades biogenéticas ambientales que repercuten en el físico y las capacidades cerebrales.
Conservadores y liberales consideran cortados quirúrgicamente los pasos evolutivos, obligados a viajarlos como si fueran trenecito, uno tras otro.
#EjemploEjemplar. Según el diccionario, manual de buenas costumbres y cartilla moral del presidente Andrés Manuel López Obrador, administrador en México de la crisis general y última del capital, los razonamientos cerrados son “conservadores”.
Los izquierdistas liberales, que insiste en liderar, aportan una variante: los procesos caben en etapas delimitadas por la voluntad de un Dios que así lo quiere, y un apóstol que así lo entiende. Él.
#MitologíasByeBye. Sin poder evitarlo, los pensamientos engatusados de conservadores y liberales, terminan en lo mismo, convalidando al poder constituido, que es como un enorme hoyo negro, capaz de chuparse sistemas planetarios. Con más razón a un ex rejego.
El conservador reaccionario es capaz de desatar genocidios, antes de ceder posturas. Sus primos liberales, exigen evidencias irrefutables de sus afirmaciones; subordinados ambos por la ideología dominante, sustituyen la imagen mitológica del dios todopoderoso, con la del imperio financiero: el dinero capitalizado. Asumiéndose como indispensables intermediarios.
Cuando conservadores y liberales no logran sus objetivos, se radicalizan. Ambos suelen terminar dictando. Por eso dijo AMLO en campaña, que, si no lo dejaban ganar, soltaría a los tigres.
#HegemoníaEncarnada. A semejanza del buey que lame con placer la yunta, la incoherencia entre ideas y hechos encarna sus ataduras entre masas dependientes; esperando ser liberadas, con el permiso de sus opresores.
No es fácil comprender que la hegemonía impide la organización de clase social proletaria, evitando que prosperen ideas y la organización de clase, sin importar el costo social, económico, político e histórico.
Facilitan que prendan falsas esperanzas entre los pobres, dispensándoles beneficios filantrópicos por medio de insistentes apóstoles pacifistas, todos democráticos, sin importarles los 35 mil asesinados durante los primeros 365 días de su administración, infiltrada por operadores del régimen supuestamente derrotado.
#¿QuéFuePrimeroLaCorrupciónOelCorrupto? Mientras los inversionistas reciben intereses, comisiones y pagos constantes y sonantes por la deuda pública sin intermediarios corruptos (sic), los pobres reciben migajas bienhechoras para su consumo final ¡que terminan capitalizadas en comercios, servicios y, finalmente en bancos, casas de inversión y cajas de ahorros!
Mientras los conservadores tributan a los financieros con salarios de miseria de los trabajadores y sus jugosos ahorros capitalizados sin responsabilidad económica por malas inversiones, los liberales derraman dinero entre los pobres sacado de los impuestos y la deuda nacional, pero con cargo al erario. O sea, con deuda capitalizada.
#BabelNow. Para seguir dominando, los conservadores se rolan el poder con los liberales. Amenazan, acotan y destrozan intentos y realidades unitarias.
Reduce los ánimos de liberación de los oprimidos a objetivos liberales aceptables, sin riesgos para el sistema, como ese de beneficiar primero a los pobres, consolados con salarios mínimos y mínimos profesionales, más apoyos dinerarios.
Todo buen samaritano prefiere desvivirse dando dádivas filantrópicas a pobres, mejor en misa pública, que ceder derechos laborales integrados a sus trabajadores en la discreción de la contrata individual entre la sociedad anónima y el usurpado.
Lo que sea es mejor, a cualquier rudimento de organización autogestora de la clase proletaria. Vamos, hasta conviene pagarles una misa, con cargo a gastos en general, en vez de dejarlos ser.
#Colofón. ¿Qué fue primero, AMLO o morena, su organización de chocolate?
De las tres cualidades prácticas que distinguen a los netos héroes patrios (agitadores, organizadores y educadores), AMLO califica excelentemente por su gran capacidad de excitar masas, grupos e individuos. “Es un honor, estar con Obrador, no es un gritito gratuito”, que ya quisieran para sí miles de políticos mercenarios fracasados. Pero, talón de López.
Obrador falla en sus capacidades de organizador de grupos, partidos y gobiernos, por muchas razones; pero por una principal: no educa cuadros directivos estratégicos, ni forma relevos, porque no le gusta compartir el papel de ópera prima.
Ese, decimos, es su talón de Aquiles. Y, en medio de la Cueva de Alibabá y el chingo de ladrones, entre ellos los que anticonstitucionalmente cobran más que el presidente, ya no dispone de tiempo para formarlos, ni estructurarlos orientados por las directrices de la cuarta T: no robes, no mientas, no traiciones. Lo que dará al traste con la cooptación de votos en 2021 y 2024, al través de lo que fue “su morena”.
#SoyMaderistaNoMeReeligoPero… ¿Ha Usted reparado en esta sutileza táctica del maese AMLO y/o de su consejero político principal? Afirma que no desea la continuidad de su régimen. Pero ¿qué tal, que, una asamblea chafa de masas alienadas lo unge como jefe máximo?
#…SiElPuebloMeLoExigeMaximatoYaSoy. Las debilidades organizativas se muestran en el caos del partido moco movimiento incapaz de quitarse de encima a una pésima dirección general, y, en el generado por confrontarse con el Instituto Nacional de Formación Ideológica, sin fondos por no saber si han de ser mongoles de Obrador, o dinosaurios de huevos reciclados.
En el formato que sea, el Estado de Bienestar ha llegado para quedarse un cuarto de siglo, con o sin López Obrador. Pero, con los Alfonso Romo: sí.
