Alejandro Solís
Columnista
Siendo un excelente jugador de béisbol conocedor de todas las posiciones sobre el terreno de juego y hasta de la elaboración de reglas y reglamentos del autodenominado “rey de los deportes”, ¡qué dolor! Quebrado el negocio, le llegó su turno al bate, a Obrador, el vate.
#Vate al Bate. Estratega táctico con argumentos para explicarse lo inesperado, al paso de infatigable ganso aprendió de sus errores, metiendo en su dugout a coaches, relevos y vituallas para asegurar el triunfo en su última jugada, luego de dos intentos fallidos, encabezando un régimen democrático indefinido entre burgués, populista y socialdemócrata. Pero, amoroso; que, perdón, no olvida.
Toleteó curvas ensalivadas, encantando a 30 millones de electores de una sociedad hastiada de los abusos del poder; una masa gelatinosa que ha de estructurarse. O, a la postre, será caldo de cultivo de su retiro.
#AMLO (01,12.18). “… tenemos que mantener la unión entre gobierno y pueblo, con Morena jugando un papel importante como movimiento; falta la articulación y definir quién va a ser el ente articulador, sin retornar a los tiempos de un partido de Estado”.
En tiempos del PRI, el articulador era el presidente de la República, ¿serán Obrador y Morena, la bisagra articuladora de los extremos de siempre?
Con deseos de trabajar primero por los pobres, negociando primero con los ricos, asegura que no llegó al poder para ser tapadera de tranzas demostradas, inspirándose en la Cartilla Moral de Poncho Reyes, el liberal.
#CachirulosEnElEquipo. Para solaz de la Oligarquía, en su tercer turno al bate logró por la buena electoral legitimar al poder legalizado.
El fruto tiene tanto de alabanzas, como de reservas, pues tampoco el peloteo está exento de transacciones, condiciones, cabildeos y preacuerdos; con una salvedad: experto en la regla 7.4 del béisbol, AMLO es un erudito ganador de jugadas defensivas erróneas en zona del dugout. Como fue su triunfo contra Fox, haciendo músculo moreno del injusto desafuero.
#LaSombraDelGatopardismo. Con dos ponches, dos strickes, en su cuarto turno al bate con casa llena, dispone de todas las bolas para ganar mientras no lo cuqueen, hasta cambiando de partido.
Cuquera en Cuba significa excitar, provocar, azuzar. Molestar, en República Dominicana, igual, “cuca” le dicen a la vagina. Ergo: se chamaquea al cucú, dándole de comer en la boca.
En ese terreno se mueve el peje, acostumbrado a vencer terribles alebrijes empantanados deseoso de no acabar haciendo lo mismo, como tradicional gatopardo.
#NaturalezaOscuraDelSistemaImpuesto. El más santo peca ante la imposibilidad de sacar al monstruo de su consolidada senda de miserias trazadas por la explotación: con apelativos morales, el 1% de la deshumanizada población no cederá ni un ápice de capital a favor de los desposeídos, por la sencilla razón numérica de resultar la cuenta, de desvalijarlos.
Nada pueden leyes, reglamentos y normas contra la libertad de mercado para hacer y adquirir lo que se plazca, aun las obligatorias garantías individuales constitucionales, pues, siendo mercancía, todo se trastoca en mecenazgos mercenarios etiquetados por la ley simple, compleja y perversa de la oferta y la demanda: a más, menos, y a menos, más; a menos de que el mero patrón, dicte lo contrario.
#EntelequiasReales. El Sistema mantiene macro intereses protegidos, ocultos y/o restringidos, manipulando concesiones microeconómicas. Es el caso del libre tránsito por carreteras tamizadas por casetas de cobro, el salario mínimo, el derecho a la educación, la salud y la vivienda, la capacitación para el trabajo y los apoyos económicos a la tercera edad, así como a la pobreza extrema.
Realizados los recursos cedidos para su existencia precaria, capitalizan bancos, casas de bolsa y poderosos fondos de inversión. Nos pueden dar atole con el dedo digital, mediante las benditas redes sociales del caro democrático Internet, que la neta, es otra.
#LuchaDeClasesChipDeLaHistoria. Insistamos en develar lo debelado: desde que el imperio del capital financiero impuso sus reales al Mundo, hace un siglo, la idílica sociedad de buenos y malos, corruptos y honestos, sinceros y pánfilos, creyentes y no, animosos y desanimados, activos y pasivos, hombres y mujeres, santos y pecadores, chairos y fifís, no pasa de mal chiste repetido hasta el cansancio, por quienes de la ideología hacen su comedero.
#PEMEXguachicol. El gobierno identificó un problema estructural en Pemex y está relacionado con la incapacidad que ha tenido para generar las inversiones necesarias, lo que ha ocasionado un desplome en la producción de 3.4 millones en 2004 a 1.8 millones de barriles diarios al cierre de 2018.
“Hay una preocupación por eso y es una de las prioridades del gobierno federal actuar sobre cuáles son las causas que han generado esta caída” (La Jornada, 01.02.19).
¿Y si la causa fuera, que, la diferencia de barriles diarios no se ha dejado de extraer, pero sí desviado su destino? Horror: el desfondo de ingresos de PEMEX por Hacienda, sumados las pérdidas guachicoleras, más el supermillonario robo de materia bruta, deja en centavos la cuenta de cualquier “estafa maestra”, pasando a Estafa de Estado.
Si la extensa red de instalaciones de Pemex calculada en 68 mil 843.15 kilómetros (CartoCrítica & Heinrich Böll, 2017), ha perdido credibilidad debido al huachicoleo, ¿por qué no se clausura?
Porque después de medio siglo impuesto, el neoliberalismo hizo casta reciclada en sociedades anónimas, poderes de facto, carteles, mafias, familias, gustos, gastos y gestos, imposible de erradicar con simples cambios de maquillaje, o, cirujanos plásticos.
#Guachicolendo. Sinónimo de “ser lo que no parece”, en mapuche guachicola significa “alambre trenzado unido a una estaca”, utilizado para trampear presas, incautos y descuidados. Huachicolear no es un acto espontáneo, ingenuo, o inconsciente.
Es tan mal intencionado, que, seguramente resulta mejor negocio y sin tantos riesgos tranzar hidrocarburos, en vez de drogas. O combinadas.
Guachicola cuadra como patronímico de presa para engatusar babosos señalados por robos menores, mientras los de “cuello blanco” se baten hasta el queque substrayendo bienes de la Nación, a riesgo de ser acusados de ratas; pero no por delitos de lesa humanidad.
#IdeologíaMataBuenasIntenciones. Demostradas las culpas en tribunales, a un ratero se le puede encerrar y no de por vida. Pero, los traficantes de drogas, pierden propiedades habidas a su nombre, de prestanombres, y vinculadas. 32 países contemplan cadena perpetua y pena de muerte, para los atrapados.
Por suerte en México se ha decretado el fin de la guerra contra el narco iniciada por Ron Felipe Calderón; quien, sobrevalorado por Margarita, nos invita a sumarnos a su partido “México Libre” para entrarle al quite, al esperado fracaso de las jugadas eruditas, de Morena.
