- Sin embargo, desde que se publicitó la intención de hacer el nuevo aeropuerto, una vorágine de compra-venta de terrenos ha llegado a transformarla en una de las zonas más caras del mundo; sobre todo por el atractivo que resulta la reserva territorial existente de 5 mil hectárea
Alejandro Solís
Columnista
La pobreza, violencia, falta de empleo y ausencia de perspectivas humanas de vida son expresiones de la miseria de pensamientos y acciones derivadas de una gran matriz: la explotación de la fuerza de trabajo impuesta durante los últimos 25 siglos a las masas, en favor de unos cuantos.
Ejercida al través de la Historia mediante instrumentos esclavistas hasta antes de Nuestra Era; durante 15 siglos de vilezas medievales; trescientos años de acumulación capitalista del siglo XV al XVIII; en el siglo XIX de capitalismo de libre concurrencia, y en lo que va de Imperialismo a partir del siglo XX, hasta nuestros días, la relación social negada a la felicidad de las mayorías, adquiere macro dimensiones de espanto en la era digital de veloces comunicaciones internacionales y cero espacios donde evadir lo injusto; inclusive, dentro del Imperio.
Las formaciones sociales y económicas no se dan linealmente sino de modo combinado, coexistiendo tratos esclavistas, serviles y modernas relaciones laborales, unas a medio favor de los trabajadores y, otras, absolutamente en su contra; con la tendencia a empeorar, como se observa en el éxodo de miles de hondureños.
En este entorno, y, no otro idealista, hemos de comprender los sucesos dramáticos de la tercera semana de octubre del 2018, que tienen más de compromisos gubernamentales heredados, que de retóricas de masas engatusadas.
“Llamo al pueblo de México a desfacer entuertos” (AMLO). Doblegados por los intereses del grupo de poder conservador reaccionario de Donald Trump, representante de los supremacistas gringos atrincherados en su mazmorra armada de tentáculos bélicos nucleares, todo apunta a que el muro de la palestinizada frontera sur de los Estados Unidos, tiene de grosor y alturas al transexenalmente sometido gobierno de la República.
Abarca, además del muro físico y policial instalado por Bush/Obama allende el Río Bravo, al Plan Puebla Panamá (PPP), signado por el nefasto Vicente Fox, refrendado como Plan Mérida (PM), por Calderón.
Adornada de lucha contra el narcotráfico y su estela de crímenes, la contención es de finalidades negociantes tendencialmente petroleras y antisubversivas.
La continuidad transexenal del Imperialismo es una realidad. Se dice que la criminalizada campaña de odio racista reactivada por Trump en contra de la avalancha de parias hondureños atraídos por “el sueño americano”, es un movimiento táctico de fines electorales a su favor, refrendando la derrota política mediocre de los neoliberales norteamericanos, a garras de radicales conservadores.
La hipótesis es válida, igual, por lo contrario: ambos grupos de poder gringo así dirimen sus irreconciliables diferencias internas, apoyándose en socios, aliados y enemigos de todo el mundo.
Como es el caso de México. Sin despreciar candilejas vertidas en medios, el tema del momento es la consulta ya en proceso sobre la opinión de las masas mexicanas en torno de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAICM), o de la rehabilitación del viejo aeropuerto de la Ciudad de México, Benito Juárez García (AICM-BJG) adaptando al aeropuerto militar de Santa Lucía para fines de aerotransporte de pasajeros y carga comercial.
Convocados mediante una campaña llamada “México Decide” representada por un logo diseñado con cuatro manos de dedos chatos cercando un punto blanco cuadrado al centro, coloreado con los colores básicos del espectro, azul, rojo y amarillo sobre fondo cuadrado en negro, la organización TRANSICIÓN MÉXICO, interroga a tirios y troyanos, sin distingos.
¿Cuál opción piensa usted que sea mejor para el país? 1) Reacondicionar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y el de Toluca y construir dos pistas en la base aérea de Santa Lucía.
2) Continuar con la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco y dejar de usar el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
En el anverso de la hoja se pueden redactar opiniones sobre la consulta financiada con recursos aportados voluntariamente a fuerzas por los legisladores de Morena para recabar la opinión del 82% de los electores, sobre un tema, se dice, resuelto.
Rarita la consulta vinculante/no vinculante. Porque, ¿cómo para qué el grupo de poder político que recientemente barrió en las elecciones federales, estatales y municipales, necesita consultar con las masas lo que fácilmente puede decidir en los Congresos, gracias a su mayoría de representantes?
¿Acaso para compartir con multitudes amorfas decisiones grupales que han de afectar a propios?; o, ¿para echar la culpa “al pueblo” de ser los resultados, no esperados?
Además, no podríamos olvidar tan rápidamente la mala fama de amañadas consultas de Morena para elegir a sus candidatos en recientes elecciones, criticadas por propios fundadores y extraños, aun de partidos encontrados como son el PES y el PT. Sin considerar el éxodo de políticos oportunistas, que así invadieron sus filas.
Suspender el aeropuerto del vaso de Texcoco costará 100 mil millones de pesos. Sí, pero, dice AMLO a los supuestamente atribulados inversionistas afectados: no se preocupen, que, si sus licitaciones están en regla, blindadas, se respetarán en cualquiera de las opciones.
Sin embargo, desde que se publicitó la intención de hacer el nuevo aeropuerto, una vorágine de compra-venta de terrenos ha llegado a transformarla en una de las zonas más caras del mundo; sobre todo por el atractivo que resulta la reserva territorial existente de 5 mil hectáreas; así como el potencial de convertir al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en Aeropuerto Internacional de México.
Sí, pero, adecuar Santa Lucía, Toluca y Benito Juárez, costará lo mismo. Con 100 mil millones de pesos se pone a nivel de la demanda actual y potencial la capacidad de esa intermunicipal red aeroportuaria.
Sí, pero, sostienen los grupos de poder afectados, encabezados por Peña Nieto: aparte del dominio de las instalaciones aeroportuarias, de los servicios y de las ligas comerciales con futuros negocios sembrados a su alrededor, el interés principal es que el monto principal de inversión sea asumido por el Estado; beneficiando a prestamistas financieros con el pago de intereses. Y, en su caso, que las pérdidas sean endilgadas al IPAB.
No es lo mismo AICM que NAIM. Para sacarlos de la jugada, el nuevo grupo de poder oligarca triunfante, ofrece: “háganse cargo de la inversión, como si fuera negocio propio”.
Inviertan en su desarrollo y aténganse a las leyes del mercado; pero sin el recurso apreciado de los dineros públicos, pues si éstos en el 20% que lleva de avanzado Texcoco ha jalado 285 mil millones de pesos, terminarlo amenaza consumirse el presupuesto nacional del próximo sexenio, impidiendo disponer de recursos para otros proyectos, en especial los planeados por la prometida “cuarta transformación de la vida pública”.
Sin embargo, pesa más la variable “seguridad”, que cualquier chairada. Por los resultados de las negociaciones publicitadas, y, suponemos, secretas entre el gabinete de Trump y los gobiernos mexicanos, abonamos la importancia de considerar los intereses policiacos-militares desplegados por el grupo de Trump para asegurar sus fronteras, en especial la sureña.
Aprendiendo de sus mentores israelíes: Trump etiqueta de parias criminalizados del Hebrón latinoamericano a miserables, tras migajas; impidiéndoles el ingreso descontrolado a su nueva Meca, resultado de un siglo de explotación imperialista.
Ahora es cuando, sin recovecos para la retórica: con la venia de AMLO, en lo que le queda de instrumentalista a Peña Nieto, han de decretar detener a toda costa el paso de miles de parias hacia las tierras protegidas del agreste Trump; se dice: a cambio de unos cuantos millones de dólares, de la soberanía, la dignidad y la entereza perdida, ofreciéndoles de gancho, lo que no aseguran a sus propios parias: trabajo, salario y vida digna. Y, de quienes han de salir hordas, para atacar connacionales.