Agencias
México.- Durante la lectura de la sentencia, el juez Brian Cogan le señaló a Genaro García Luna que, a pesar de su apariencia elegante, llevaba una doble vida y actuaba de manera similar a Joaquín “El Chapo” Guzmán. La condena del exsecretario de Seguridad por sus vínculos con el narcotráfico ha tenido repercusiones directas en la imagen del expresidente Felipe Calderón y en su estrategia de seguridad. Calderón confió ciegamente en García Luna, otorgándole amplios recursos y poder para liderar la llamada “guerra contra el narcotráfico”, aunque el expresidente prefería denominarla “estrategia nacional de seguridad”. García Luna fue pieza clave en la implementación de proyectos como Plataforma México y la expansión de la Policía Federal Preventiva, pero su colusión con el crimen organizado ha oscurecido su legado.
A lo largo de su mandato, Calderón defendió en varias ocasiones a García Luna, resaltando su lealtad y los avances en seguridad. Sin embargo, la detención y condena del exfuncionario han puesto en entredicho su papel en la lucha contra el narcotráfico. Aunque Calderón ha expresado sorpresa por las acusaciones y ha pedido un juicio justo, la condena supone un duro golpe a la confianza depositada en su exsecretario de Seguridad.
Durante todo el sexenio de Calderón, García Luna acumuló un poder considerable y fue uno de los pocos funcionarios que permaneció en su cargo hasta el final. A pesar de varios escándalos, como el caso Florence Cassez y el presunto uso indebido de recursos públicos, Calderón siguió respaldándolo. La sentencia de 38 años de prisión en Estados Unidos no solo cuestiona la validez de la estrategia de seguridad de Calderón, sino que también subraya los desafíos para evitar la infiltración del crimen organizado en las instituciones del Estado.
