El Jueves Santo, un día marcado por la liturgia católica como el comienzo del Triduo Pascual, es una fecha de gran importancia para los cristianos de todo el mundo. Durante este período que abarca desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Pascua, se conmemoran los momentos más sagrados de la fe cristiana: la Pasión, muerte y Resurrección de Jesucristo.
Según los relatos evangélicos, el Jueves Santo se inicia con la Última Cena, donde Jesús se reúne con sus apóstoles en Jerusalén. Durante esta cena, Jesús instituye el sacramento de la Eucaristía, compartiendo pan y vino con sus discípulos y dejando instrucciones para que se haga en su memoria.
Uno de los gestos más conmovedores de esta cena fue el lavado de pies, donde Jesús, como acto simbólico, lava los pies de sus discípulos para representar la humildad y el servicio desinteresado.
Tras la cena, Jesús se retira a orar en el huerto de Getsemaní, donde experimenta una profunda angustia antes de su arresto. Este momento trágico se conmemora en la actualidad con la “hora santa” y otras ceremonias religiosas.
En la actualidad, el Jueves Santo se celebra con diferentes tradiciones, incluyendo la Misa Crismal por la mañana y la Misa de la Cena del Señor por la tarde. Además, muchos fieles realizan la tradición de visitar siete iglesias como muestra de acompañamiento a Jesús durante su Pasión.
En varias ciudades, especialmente en España, se llevan a cabo procesiones solemnemente emotivas, donde se representan escenas de la Pasión y muerte de Cristo. Estas procesiones, con la participación de diversas cofradías, son una expresión de fe y devoción que atrae a fieles y curiosos por igual.
El Jueves Santo, más que una fecha en el calendario, es un recordatorio del sacrificio de amor de Jesucristo y un llamado a vivir los valores de humildad, servicio y perdón que él enseñó.
