Córdoba.- La tarde de ayer, en la casa de campaña de Salvador Abella Garcia, se convocó a una reunión de su estructura electoral, es decir, reunión de representantes generales y de casilla; de un momento a otro empezaron a llegar hasta señoras en taxis haciéndose acompañar de niños y abuelitas, a quienes “alguien” les había informado que estaban dando mil y hasta mil quinientos pesos a quien favoreciera a Abella con su voto.
La situación sobrepaso a quienes estaban preparados para la reunión de priistas, y llegó el momento en que alrededor de 500 personas irrumpieron por la fuerza en el interior de la casa de campaña del abanderado del PRI, exigiendo a gritos les pagaran lo prometido; en entrevista a miembros del equipo de Salvador Abella, aseguraron haber estado en riesgo de sufrir una desgracia por el desbordamiento de la gente que exigía dinero.
Al instante salió el diputado plurinominal Juan Bueno Torio haciendo declaraciones a la prensa, lleno de indignación, dando por hecho la compra de los votos para el PRI.
Juan Bueno debería mejor de explicarnos a los cordobeses ¡que sí estamos indignados! cómo es que logró sanear sus mermadas finanzas, que hasta embargado estaba y ahora haya derrumbado el Hotel Torremar en Boca del Rio para estar construyendo esa mole de cemento y acero, que una sola de sus columnas de éste que será un prestigiado centro comercial, rebasaría el sueldo devengado de una año de este eterno funcionario, que nos explique Juan Bueno cómo es que con sus sueldos en el Senado y el Congreso logró comprar 3M ¡en varios millones de dólares! Porque si conociera la indignación y la vergüenza, nunca se hubiera atrevido siquiera a participar en una campaña electoral. ¡No cabe duda que este tipo de políticos terminan enfermos de cinismo!