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Internacional.- Una joven argentina ha revelado que denunció falsamente a su padre por abuso sexual cuando tenía 14 años, lo que ha llevado a su padre a pasar casi cinco años en prisión. La confesión se realizó durante una sesión en el Senado argentino, donde Jazmín Carro, ahora de 18 años, explicó que su enojo con su padre por querer ponerle límites la llevó a hacer la denuncia.
En su testimonio, Jazmín mencionó que había sido influenciada por un entorno social y educativo que promovía la idea de que ningún hombre debía decirle qué hacer Jazmín relató que, tras escuchar la historia de una amiga sobre un abuso real, decidió usar esa experiencia como pretexto para alejarse de su padre. “Le dije a mi mamá que él me había manoseado”, confesó, añadiendo que su madre, sin dudarlo, llevó el caso al Polo de la Mujer para formalizar la denuncia.
Sin embargo, Jazmín afirmó que nunca recibió ayuda psicológica y que el proceso judicial fue extremadamente invasivo y doloroso para ella.A pesar de retractarse poco después de hacer la denuncia, el padre de Jazmín, Carlos Carro, sigue encarcelado.
La joven criticó la falta de atención a su nueva declaración y cómo el sistema judicial no le dio valor a su voz. “Mi papá está preso hace más de cuatro años… la justicia no escucha mi voz”, lamentó.Este caso ha puesto de relieve un fenómeno alarmante en Argentina: el creciente número de hombres encarcelados bajo acusaciones de género, muchas de las cuales se basan en denuncias falsas. Según informes, más del 60% de la población carcelaria en Córdoba está compuesta por personas detenidas sin condena por delitos relacionados con cuestiones de género.
La situación ha llevado a legisladores a proponer reformas para endurecer las penas por falsas denuncias, un tema que fue central durante la jornada dedicada a este problema en el Senado.La historia de Jazmín Carro es un claro ejemplo del impacto devastador que pueden tener las acusaciones infundadas no solo sobre los acusados, sino también sobre las familias involucradas. Su testimonio ha generado un debate sobre la necesidad de proteger tanto a las verdaderas víctimas como a aquellos injustamente acusados en un contexto donde las denuncias pueden ser manipuladas