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Tijuana.- La búsqueda de Néstor Javier, un joven de 16 años originario de Playas de Rosarito, terminó en tragedia. Su cuerpo sin vida fue hallado el 30 de agosto en un avanzado estado de descomposición, envuelto en bolsas y cubierto con una cobija en la calle Sierra de Juárez, colonia Camino Verde de la delegación Sánchez Taboada en Tijuana.
Néstor había desaparecido el 23 de agosto. Lo último que su madre, Sonia, supo de él fue a través de un mensaje de Facebook, donde le informó que había llegado a su lugar de trabajo en Tijuana. Desde ese momento, no volvió a tener noticias de su hijo. Desesperada, Sonia reportó su desaparición a la Unidad Especializada para la Investigación y Persecución de Delitos de Desaparición Forzada de Personas.
El 28 de agosto, la Fiscalía General del Estado (FGE) emitió una alerta solicitando la colaboración de la ciudadanía para encontrar al joven, destacando entre sus características el tatuaje con el nombre “Sonia” en su brazo izquierdo.
Familiares y amigos se unieron a la búsqueda en redes sociales, difundiendo la angustia de una madre que no sabía nada de su hijo. Néstor, quien vivía en Playas de Rosarito, había comenzado a trabajar en una construcción en la colonia Sánchez Taboada de Tijuana tres semanas antes de su desaparición, donde también pasaba las noches.
El 30 de agosto, el cuerpo de un hombre fue encontrado en estado de descomposición, envuelto en bolsas y con evidentes rastros de sangre, en la colonia Camino Verde. Debido a las condiciones del cadáver, en ese momento solo se pudo determinar que la víctima era un hombre alto con una vestimenta que coincidía con la que llevaba Néstor al momento de su desaparición: una chamarra negra, una camisa negra tipo polo, pantalón de mezclilla azul y tenis negros.
El 4 de septiembre, Sonia identificó finalmente el cuerpo de su hijo en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Tijuana.
