El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, continuó este lunes con una de las tradiciones más peculiares y simbólicas del país al indultar a dos pavos, llamados “Peach” y “Blossom”. En una ceremonia celebrada en el jardín sur de la Casa Blanca, ambos pavos, provenientes de Minnesota, fueron oficialmente perdonados, salvándolos de convertirse en parte del menú del Día de Acción de Gracias.
Un gesto simbólico con décadas de historia
La tradición del indulto presidencial de pavos tiene sus raíces en la década de 1960, cuando el presidente John F. Kennedy comenzó a perdonar a algunos pavos que llegaban a la Casa Blanca. Sin embargo, fue en 1989, bajo la administración del presidente George H. W. Bush, cuando el acto se oficializó como parte de los festejos de Acción de Gracias. Desde entonces, cada presidente ha continuado con este ritual, que combina humor, tradición y simbolismo.
¿Por qué se hace esto?
El indulto de pavos es un evento que busca destacar los valores de gratitud y generosidad, pilares fundamentales del Día de Acción de Gracias. Aunque el gesto es mayormente simbólico, sirve para unir a los estadounidenses en una festividad centrada en dar gracias por las bendiciones recibidas y compartir con los demás. Además, el evento refleja el lado más ligero de la política, permitiendo al presidente conectar con el público a través de un acto divertido y familiar.
Peach y Blossom, las estrellas de la ceremonia
Tras recibir el indulto, “Peach” y “Blossom” serán trasladados a una granja, donde vivirán el resto de sus días lejos de las mesas de Acción de Gracias. La ceremonia no solo marca el inicio de las celebraciones en Estados Unidos, sino que también refuerza una tradición que mezcla cultura, historia y un toque de buen humor.
Este evento anual, que atrae la atención de ciudadanos y medios, sigue siendo un recordatorio del valor de preservar las costumbres, mientras se celebra uno de los días más importantes en el calendario estadounidense.