En la madrugada del sábado, una hazaña espacial cautivó al mundo cuando la nave espacial japonesa SLIM, un Módulo de Alunizaje para Investigar la Luna, tocó la superficie lunar. Este logro coloca a Japón como el quinto país en la historia en lograr esta proeza cósmica, uniéndose a Estados Unidos, la Unión Soviética, China e India.
Sin embargo, las autoridades aún están evaluando la precisión del alunizaje. Según Hitoshi Kuninaka, jefe del Instituto de Ciencia Espacial y Astronáutica, los módulos lunares se lanzaron con éxito, y los datos se están transmitiendo a la Tierra. No obstante, existe preocupación sobre la fuente de energía de la nave.
El SLIM, del tamaño de un vehículo pequeño, descendió cerca del cráter Shioli, una zona desafiante próxima a una región cubierta de roca volcánica. A diferencia de las sondas anteriores, que apuntaban a zonas de descenso más amplias, el SLIM tenía como objetivo un blanco de apenas 100 metros.
Esta misión, fruto de dos décadas de trabajo de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), busca ensayar tecnologías de descenso de precisión para futuras exploraciones. Japón aspira a descender “donde nosotros queremos en lugar de donde es fácil descender”, según JAXA.
El SLIM, cariñosamente llamado “Francotirador Lunar”, tiene como objetivo revelar secretos sobre el origen de la Luna, analizando minerales mediante una cámara especial. Tras reducir su órbita el viernes, completará la aproximación final al descenso en una misión que podría cambiar nuestra comprensión del cosmos.