Venecia.- Con el pelo recién rapado por exigencias de su próximo guión, el hiperactivo James Franco defendió ayer en Venecia el carácter experimental de “El ruido y la furia”, su adaptación de la novela de William Faulkner presentada fuera de concurso.
“Hago las películas que me gustaría ver y que nadie más hace”, ha asegurado el actor, poco antes de recoger un premio honorífico del festival como cineasta del año, que en anteriores ediciones ha recaído en nombres como Abbas Kiarostami o Takeshi Kitano.
“Me he pasado casi 20 años actuando. Llegó un momento en el que hice balance y pensé que ya había actuado en algunas de las producciones más taquilleras, en películas nominadas al Oscar y también en alguna que otra horrible”, expuso.
“Así que cuando empecé a dirigir decidí que, si iba a hacer ese esfuerzo, sería para rodar las películas que de verdad quería hacer”, añadió.
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