En el mundo de las redes sociales, la búsqueda de likes y la atención a menudo llevan a los influencers a realizar hazañas temerarias que ponen en riesgo sus vidas. Desde escalar rascacielos hasta interactuar con animales salvajes, hay una larga lista de ejemplos de cómo la obsesión por el contenido extremo ha cobrado vidas.
Recientemente, el popular YouTuber y creador de contenido Jack Doherty se convirtió en el centro de atención tras un sorprendente accidente que dejó a sus seguidores atónitos. Durante una transmisión en vivo en las lluviosas calles de Miami, Doherty, de 20 años, destrozó su impresionante McLaren, un vehículo valorado en 200,000 dólares.
Mientras transmitía y aparentemente enviaba mensajes de texto, el joven influencer ignoró las condiciones peligrosas de la carretera, que se habían vuelto resbaladizas debido a la lluvia. En cuestión de segundos, perdió el control de su auto, gritando mientras se deslizaba y chocaba contra una barandilla de protección. La transmisión se cortó abruptamente, pero no antes de que los espectadores escucharan los desgarradores gritos de su camarógrafo, que se encontraba a su lado, pidiendo ayuda y luchando por salir del vehículo destrozado.
“¡Abre la puerta! ¡Abre la puerta!”, se oía mientras 185,000 personas observaban el incidente en tiempo real. Afortunadamente, ambos lograron salir del automóvil, pero el camarógrafo sufrió heridas leves y fue trasladado al hospital para recibir varios puntos de sutura.
En el video que siguió al accidente, Doherty se lamenta por la pérdida de su lujoso vehículo y el sistema de escape personalizado que había instalado. Este incidente no solo resalta la peligrosa distracción de conducir mientras se está en el teléfono, sino también el riesgo inherente de compartir momentos extremos en vivo.
A pesar de que ambos resultaron relativamente bien, este episodio sirve como un recordatorio impactante de la importancia de la seguridad al volante y de pensar dos veces antes de arriesgar la vida por unos cuantos likes. En la búsqueda de la fama y la atención, la línea entre la emoción y la imprudencia se vuelve cada vez más difusa.
