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Sonoral.- Iván Archivaldo Guzmán Salazar, líder de Los Chapitos e hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, intentó construir una red de torres de telecomunicaciones entre Sonora y Sinaloa como parte de una estrategia para fortalecer su posición y coordinarse con células aliadas en caso de un operativo para capturarlo. La captura de su hermano Ovidio Guzmán López el 5 de enero de 2023 en Jesús María, Sinaloa, intensificó sus esfuerzos por consolidar alianzas en Sonora y garantizar una respuesta rápida ante una posible ofensiva de las autoridades.
Según fuentes, Iván Archivaldo ofreció drogas y protección, en lugar de dinero, para formar una alianza entre las organizaciones criminales de Sonora, incluido el Cártel de Caborca. Su objetivo era reunir recursos humanos y materiales de Sonora, Durango y Chihuahua para contrarrestar cualquier operación en su contra. Además, buscó establecer una red privada de comunicación a través de torres exclusivas, evitando el uso del espectro público susceptible de intervención.
El desmantelamiento de un narcocampamento en Sonoyta
Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC) desmantelaron un narcocampamento en el Cerro Cubano, en Sonoyta, Sonora. Este sitio contaba con una antena repetidora de 12 metros de altura, utilizada para actividades ilícitas. Su ubicación, en una cima de 1,000 metros, dificultaba el acceso y evidenciaba la sofisticación del intento por garantizar comunicaciones seguras.
En esta región operan al menos tres células delictivas: Los Rusos, Los Deltas y Los Pelones, vinculadas al Cártel del Pacífico. Mientras que Los Deltas y Los Pelones colaboran con Los Chapitos, Los Rusos responden a Ismael Zambada Sicairos, alias “El Mayito Flaco”, quien lidera una facción enfrentada con los hijos de “El Chapo” en Sinaloa.
Fracturas internas y fracasos estratégicos
El plan de Iván Archivaldo también enfrentó dificultades por las tensiones internas. Los Salazar, una célula previamente alineada con Los Chapitos, se separaron tras la orden de Guzmán Salazar de detener la producción y distribución de fentanilo hacia Estados Unidos. Este conflicto derivó en una escalada de violencia y minó los esfuerzos de Guzmán por unificar a las organizaciones criminales en Sonora.
Aunque algunos avances en la construcción de infraestructura se registraron en localidades como Caborca y Pitiquito, la red no llegó a consolidarse completamente. Los intentos de Guzmán Salazar por asegurar su dominio en la región y garantizar su supervivencia ante las autoridades parecen haber encontrado un límite, reflejando las crecientes divisiones dentro del crimen organizado en México.