Este domingo, Israel lanzó una serie de intensos bombardeos en el sur de Beirut, objetivo del movimiento proiraní Hezbolá, en el contexto del primer aniversario del ataque de Hamás en suelo israelí que desencadenó la guerra en Gaza. Según reportó la agencia oficial libanesa ANI, más de 30 bombardeos impactaron en la periferia sur de la capital libanesa, causando 23 muertos y 95 heridos, según el Ministerio de Salud libanés.
En los suburbios de Beirut, una bola de fuego iluminó el cielo mientras las explosiones retumbaban en los barrios, obligando a decenas de personas a huir desesperadamente. Mehdi Zaiter, un residente de 60 años, describió la noche como la más violenta que ha vivido: “No había objetivos militares, solo edificios civiles y propiedades privadas fueron atacadas”, denunció.
Los ataques, que continúan hasta hoy, han dejado una destrucción masiva en la zona, donde las excavadoras intentan despejar los escombros de las calles. Israel, por su parte, ha confirmado que estos bombardeos estaban dirigidos a almacenes de armas y posiciones de Hezbolá, y ha prometido continuar con sus operaciones para desmantelar las capacidades del grupo libanés.
Un Conflicto en Escalada
Este aumento de violencia se produce en medio de un contexto más amplio. Desde mediados de septiembre, Israel ha desplazado el centro de sus operaciones hacia el norte, en la frontera libanesa, en respuesta a la apertura de un frente por parte de Hezbolá en apoyo a Hamás. El ejército israelí también rodea la zona de Jabaliya en Gaza, donde intenta frenar la reagrupación del movimiento palestino.
Mientras tanto, en Líbano, la situación humanitaria se agrava. Según las Naciones Unidas, más de 2,000 personas han muerto en el país desde octubre de 2023, y 1,2 millones han sido desplazadas debido a los enfrentamientos. La ONU advierte de una “crisis terrible” en Líbano, con un aumento preocupante de los ataques a los servicios de salud.
Llamados Internacionales por la Paz
Ante esta escalada, el primer ministro libanés ha pedido a la comunidad internacional que presione a Israel para un alto el fuego. Desde el Reino Unido y Alemania también se han hecho eco de este llamado, instando al cese de las hostilidades. Keir Starmer, primer ministro británico, enfatizó que el aniversario del ataque del 7 de octubre debería servir como un recordatorio de las consecuencias del fracaso político.
El conflicto, que ya ha dejado miles de muertos y desplazados, sigue intensificándose con pocos signos de tregua a la vista.
